MADRID, 20 Nov. (EDIZIONES) -
La Asociación Española de Pediatría (AEP) recalca que para tener unos dientes sanos es recomendable desde pequeños evitar las chucherías, cepillar los dientes y utilizar pasta de dientes con flúor. A su vez considera que es fundamental mantener una buena higiene dental desde que nacen.
Como parte de esa buena educación e higiene bucodental debe formar parte la visita de los niños al dentista a partir del primer año de vida, según aclara en una entrevista con Infosalus el doctor Juan Carlos Llodra, director ejecutivo del Consejo de Dentistas, quien así lo recomienda, tal y como pauta las sociedades internacionales de Ontopediatría.
"En los últimos años ha habido una modificación y la Sociedad americana de Ontopediatría recomendaba a partir de los 2 años, pero se ha visto que en algunos casos puede ser demasiado tarde. Hay una patología, la caries temprana de la infancia, que puede incluso aparecer antes, con lo cual todas las sociedades de ontopediatría internacionales aconsejan que debe llevarse al niño al cumplir el primer año", remarca el experto.
A su juicio, esta primera visita va a permitir al dentista informar a los padres de todo lo relativo a una correcta salud dental del niño, empezando por consejos de higiene, ya que a esa edad ya han aparecido los incisivos, el bebé tiene algún molar de leche.
Asimismo, dice que el dentista informará a los padres de los hábitos dietéticos, sobre todo lo relativo al consumo de azúcares, cómo proceder, cómo proceder con el biberón y cuándo empezar a retirar el chupete para evitar deformaciones de los dientes. "Va a explicarle también todo lo relativo a la prevención de los traumatismos dentarios, ya que a esa edad el niño empieza a andar y puede caerse y romperse un diente, y le va a decir qué hacer en caso de fractura", señala.
A su vez, indica que le revisará la boca con un espejo, para ver si tiene riesgo de caries, aparte de realizar una historia bucodental de los padres ya que, según advierte, "una mala salud de los padres muchas veces se relaciona con una mala salud bucodental del niño".
Según indica, se ha visto que en el 60% de los casos se pueden transmitir las bacterias que producen las caries a través del hábito de la madre de comprobar la temperatura del la comida chupando la cuchara del pequeño, o al limpiar el chupete, por ejemplo. "Por eso es muy importante que los padres mantengan una buena higiene bucodental. Si los padres tienen caries se favorecerá la aparición de caries en el bebé", insiste el dentista.
Igualmente, alerta de la fase de succión del dedo, sobre todo del pulgar, que puede deformar los dientes. Aparte, el doctor Llodra considera que es fundamental empezar a desarrollar el hábito de visitar al dentista periódicamente. "Si se le lleva con 3-4-5 años con patología lógicamente los tratamientos necesitan ser ya más agresivos y el niño tendrá una experiencia peor que si se le lleva desde el principio, e incluso cuando haya patología ésta será mínima y se podrá resolver de manera fácil. Por lo que también hay detrás un aspecto sociológico y psicológico de familiarizar al niño con ir al dentista", aclara el experto.
CUÁL DEBE SER EL RITUAL DE HIGIENE DE BOCA DESDE PEQUEÑOS
Así con todo, el experto recomienda que ya se deben limpiar las encías con una gasa humedecida con agua, y tras cada toma, desde que el bebé prácticamente nace. "Los azúcares de la leche, bien sea materna o artificial, se van sino acumulando y las bacterias comenzarán a producir ácido y hay que evitarlo", aconseja Llodra.
Cuando salen los primeros dientes, a partir de los 6 meses, hay que limpiarlos con cepillos pediátricos. Hasta los 3 años el especialista indica que se deben raspar las cedras con pasta de dientes fluorada. "Desde hace 4-5 años ya no se recomiendan las plastas de flúor infantiles porque se ha comprobado que no sirven para nada, el flúor que llevan es muy bajo, son 250 partes por millón de flúor y hoy en día se sabe que para que pueda ser de utilidad el flúor debe ser de mil partes por millón, es decir, una pasta de adulto. La diferencia está en la cantidad de pasta que vamos a utilizar", precisa.
Por ello, desde los 6 meses se empieza a cepillar mínimo tres veces al día, y hasta los 3 años, y sólo con una raspada por las cedras de la pasta. A partir de los 3, y hasta los 6 años, la cantidad de pasta se debe aumentar al tamaño de un guisante. A los 6 años ya se pasa al tamaño de un garbanzo, un centímetro más o menos de pasta, y ésta se mantiene hasta en la época adulta. Poner más es innecesario", aclara Llodra.
"Es importante seguir una buena higiene desde que son pequeños sobre todo porque hoy en día la patología oral se sabe que es una 'disbiosis' o desequilibrio microbiano, lo que significa que en una situación normal si se dan buenos hábitos alimentarios, una buena higiene oral, si aportamos flúor dos o tres veces diarias, las familias de bacterias se llevan bien, es como si hubiera un consenso o una paz bacteriana. Cuando no hay una buena higiene o hay exceso de azúcares, o no aportamos flúor, determinadas familias de bacterias patológicas, que producen ácido, empiezan a desarrollarse más y quitan el lugar a las buenas bacterias, con lo que se inician las patologías bucales", explica.