MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -
En el Día Mundial del Asma, que se celebra este martes, el jefe de la Unidad de Neumología del Hospital Ruber Internacional, Jesús Escobar, ha alertado de que la prevalencia de esta enfermedad está aumentando, "probablemente en relación con el desarrollo industrial, algo que se pone de manifiesto en varios estudios transversales con atención especial a agentes contaminantes".
La media de la prevalencia de asma infantil en España es del 10 por ciento, similar a la de la Unión Europea, siendo mayor en las zonas costeras. "Las diferencias de prevalencia han sido explicadas por diversos autores en relación con factores genéticos, medioambientales, organizativos y asistenciales de los distintos servicios de salud", indica el experto.
En este sentido, explica que deben distinguirse los factores de riesgo para el desarrollo de asma de los factores desencadenantes de síntomas. De acuerdo con el doctor Escobar, los factores de riesgo de desarrollo de asma son aquellos que se relacionan con la aparición de la enfermedad asmática; en cambio, los factores desencadenantes de síntomas de asma son aquellos cuya exposición origina la aparición de síntomas en pacientes con asma, pudiendo llegar a causar una exacerbación asmática.
"Dentro de los desencadenantes estarían la polución, pólenes, epitelios de animales, cucarachas, hongos, virus, bacterias, maderas, metales, leche de vaca, alimentos, hongos, fármacos, venenos de himenópteros, entre otros", asevera el neumólogo.
Así, ha recordado que el asma es una enfermedad inflamatoria de la vía respiratoria, donde participa diferentes células y mediadores de la inflamación, condicionada en parte por factores genéticos que cursa con hiperrespuesta bronquial u obstrucción variable, total o parcialmente reversible, ya sea con medicación o de forma espontánea. Al ser una enfermedad crónica, el objetivo es mantener el control de la patología y evitar el riesgo futuro, especialmente de las agudizaciones, que puede poner en riesgo la vida del paciente.
Tal y como explica Escobar, el médico realizará los estudios pertinentes para su diagnóstico (historia cínica, analíticas, estudios alérgicos, estudios de función respiratoria, test de broncodilatación y pruebas de provocación), entre otras.
En cuanto a su control, según el especialista de Ruber Internacional, la dificultad al respirar y los síntomas que desencadena pueden resolverse de forma espontánea o en respuesta a la medicación e incluso permanecer ausentes durante algún tiempo en un paciente determinado.
Para él, el control del asma es el grado en el que sus manifestaciones están ausentes o se ven reducidas al máximo por las intervenciones terapéuticas y cumplen los objetivos del tratamiento. "Refleja en buena medida la idoneidad del tratamiento. No obstante, hay que tener en cuenta otro factor, que difiere de un paciente a otro, y es la respuesta al tratamiento, o la facilidad y la rapidez con las que se alcanza el control. Aunque el término control es amplio y puede englobar todos los aspectos clínicos y fisiopatológicos del asma, a efectos prácticos, incluye las características clínicas de la enfermedad (síntomas y exacerbaciones) y las pruebas de función pulmonar", explica Escobar.
El objetivo principal para el doctor es lograr y mantener el control de esta enfermedad lo antes posible, además de prevenir los síntomas diurnos, nocturnos y tras el ejercicio físico; asimismo, también hay que mantener una función pulmonar normal o casi normal y evitar la obstrucción crónica al flujo aéreo y reducir al máximo su mortalidad.
TRATAMIENTO DEL ASMA
"Para conseguirlo, seguimos una estrategia global e individualizada a largo plazo, basada en el tratamiento farmacológico óptimo y medidas de supervisión, control ambiental y de educación para el asma. Siempre se utilizará medicación inhalada, broncodilatodes y corticoides, a las dosis y frecuencia que se indicarán según los llamados escalones que van del asma leve intermitente al asma grave", asegura el doctor.
"Disponemos de tratamientos más avanzados, como, en caso de asma alérgica no controlada y, en pacientes con asma grave no controlada por la intensidad de los síntomas, con óptimos resultados", concluye Escobar.