¿En qué consiste la monitorización intraoperatoria?

Quirófano, circumcisión
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Actualizado: jueves, 19 mayo 2016 5:59

   MADRID, 19 May. (EDIZIONES) -

   La monitorización intraoperatoria consiste en la aplicación de diferentes técnicas neurofisiológicas al campo de la cirugía con el fin de evitar cualquier tipo de lesión a estructuras nerviosas, a través de una guía al cirujano para garantizar la mejor asistencia posible al paciente.

   Según explica a Infosalus la doctora Marian Martínez, especialista de Neurofisiología en el Hospital Universitario de Valdecilla de Santander, la monitorización intraoperatoria tradicionalmente ha sido aplicada en el campo de la neurocirugía y las intervenciones de columna, sobretodo en la escoliosis congénita o degenerativa.

   Sin embargo, su uso se ha extendido a otro tipo de intervenciones como la cirugía de tiroides, la de aorta o de carótida y de forma más reciente se sabe que, aplicada a la cirugía colorrectal, puede llegar a evitar que el paciente desarrolle incontinencia de esfínteres debido a la intervención. Con la misma base se postula el posible beneficio de su uso en intervenciones de próstata o útero. A día de hoy el registro de la actividad cerebral con un micro-electrodo también permite asegurar la localización idónea del electrodo para la estimulación cerebral profunda en enfermedades como el Parkinson.

   Fue en el año 2006 cuando la doctora Martínez, tras una formación en esta disciplina en Barcelona y Nueva York, instauró en el hospital del Servicio Cántabro de Salud la monitorización intraoperatoria en la cartera de servicios de Neurofisiología Clínica, en colaboración multidisciplinar con el servicio de Traumatología y después con la Unidad de Neurocirugía–Raquis Quirúrgico.

   Cuando la doctora comenzó entonces, sólo en unos pocos centros localizados en su mayor parte en Sevilla, Valencia, Madrid y Barcelona se realizaba la monitorización en las intervenciones. Su empleo se inició en escoliosis para después emplear la técnica en intervenciones mínimamente invasivas de raquis, en tumores medulares o cerebrales y recientemente en la implantación de electrodos de estimulación profunda.

   “En los últimos años el empleo de la monitorización intraoperatoria se ha incrementado exponencialmente e incluso hay cada vez más pacientes que demandan ser operados bajo control neurofisiológisco tras conocer la experiencia de algún conocido que ha pasado por una intervención similar a la suya”, comenta la doctora, que añade que en la actualidad más de 70 hospitales en España disponen de neurofisiólogos dedicados a la monitorización intraoperatoria.

¿CÓMO SE REALIZA LA MONITORIZACIÓN?

   En los años 90 del pasado siglo se consiguieron registrar las respuestas motoras del paciente anestesiado, un gran avance que permitió que las intervenciones idóneas y con pacientes seleccionados se realizaran con monitorización intraoperatoria. Desde entonces, Estados Unidos ha sido el lugar más común por los Neurofisiólogos españoles para su formación y su posterior empleo en los distintos centros nacionales.

   La técnica ha tomado especial importancia en los últimos tiempos dado el aumento de intervenciones mínimamente invasivas en las que se opera a través de orificios de entrada al organismo de escasos centímetros con un gran apoyo en las técnicas de imagen y una necesidad creciente de información técnica para controlar todo el proceso.

   Son los neurofisiólogos los profesionales sanitarios que realizan en España la monitorización y siempre en aquellas intervenciones con potencial riesgo de daño al sistema nervioso. Tras la anestesia, se colocan al paciente unos electrodos de estímulo y registro y los datos obtenidos son analizados en monitores por neurofisiólogos formados que analizan estas señales para identificar posibles cambios en las señales registradas al inicio de la intervención, que cumplan criterios de alarma a comunicar al cirujano durante la evolución de la operación o al realizar un acto quirúrgico en concreto.

   “Es muy importante la labor multidisciplinar y en particular la del anestesista, que ha de aplicar un tipo de anestesia que no altere las señales neurofisiológicas que se registran. El cirujano puede ir más allá y no ser tan conservador en la intervención si los registros detectan que todo va bien. Si algo va mal hay que intentar hacer todo lo que esté en nuestra mano para que vuelvan a normalizarse las señales como detener un momento la intervención, poner suero o hacer que suba la tensión arterial, técnicas conocidas para mejorar el estado del paciente”, comenta Martínez.

   Además, con la monitorización intraoperatoria también se evita la realización del denominado ‘wake-up test’ en el que se debía despertar al paciente antes de finalizar la operación para comprobar que podía mover brazos y piernas.

MENOS LESIONES NEUROLÓGICAS Y GASTOS DERIVADOS

   En lo que respecta a la cirugía de columna, varios estudios multicéntricos han demostrado que la aplicación de técnicas de monitorización neurofisiológica ha reducido la incidencia de lesión neurológica postquirúrgica en aproximadamente un 50%.

   “Esto es aplicable no sólo a cirugías complejas como la escoliosis, sino que trabajos recientes han demostrado también un descenso importante de complicaciones neurológicas (un 0.8% de incidencia frente al 1.4% en pacientes no monitorizados) en pacientes monitorizados sometidos a intervenciones en principio más simples, del tipo de las fusiones y descompresiones de raquis”, comenta la doctora Martínez.

   En lo referente al coste-efectividad de la técnica, la especialista apunta que se ha calculado que cada paciente en el que se evita un daño neurológico supone un ahorro medio al sistema sanitario de unos 60.000 dólares, siendo esta cifra muy superior si hablamos por ejemplo de un paciente joven que quede parapléjico tras una intervención de escoliosis.

   El I Congreso de la Asociación de Monitorización Intraoperatoria Neurofisiológica Española tendrá lugar entre el 25 y 27 de mayo en Santander. Durante la reunión, expertos nacionales e internacionales hablarán de los nuevos horizontes y retos en esta disciplina cada vez más presente en los centros clínicos nacionales.