MADRID, 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de terapeutas de Alemania e Italia realizaron en 2015 un tratamiento para salvar a un paciente de epidermólisis bullosa, o más conocida como 'piel de mariposa', cuya superficie cutánea estaba destruida en un 80 por ciento y, siete años después, ha resultado ser todo un éxito y la piel ha permanecido estable.
Los resultados finales del estudio se han publicado en la revista 'The New England Journal of Medicine' y hasta ahora la enfermedad se ha considerado incurable pero los médicos, Maximilian Kückelhaus y Tobias Hirsch, de la Universidad de Münste (Alemania) han demostrado lo contrario, o al menos en este caso.
Los expertos decidieron trasplantar en las áreas de la herida alrededor de un metro cuadrado de piel que previamente había sido cultivada en el laboratorio a partir de células madre modificadas genéticamente. Para ello, modificaron las células madre enfermas en la piel del niño infiltrando información genética. El objetivo era que esta modificación genética compensara las mutaciones en los genes responsables de la estructura celular de la piel.
En definitiva, los investigadores se infiltraron en una versión sana del gen defectuoso. Hoy en día, el niño tiene 13 años y es la única persona en todo el mundo que vive con un órgano reemplazado casi por completo por células modificadas genéticamente, por lo que es aún más importante verificar los efectos a largo plazo y asegurarse de que la piel trasplantada permanezca estable.
Ambos expertos destacan que han demostrado que la piel modificada genéticamente es de muy buena calidad y 100% estable. Al mismo tiempo, el equipo de investigadores no ha encontrado ningún efecto secundario del trasplante.