MADRID 26 Jun. (EUROPA PRESS) -
La organización estructural y funcional del cerebro, como se muestra en la resonancia magnética, puede predecir la progresión de la atrofia cerebral en pacientes con enfermedad de Parkinson leve en etapa temprana, según un estudio publicado en ‘Radiology, una revista de la Sociedad de Radiología de América del Norte (RSNA), por investigadores italianos.
Una de las características distintivas de la enfermedad de Parkinson es la presencia de versiones alteradas de la proteína alfa-sinucleína en el cerebro. Normalmente presente en el cerebro, esta proteína se acumula como grupos mal plegados dentro de las células nerviosas en la enfermedad de Parkinson, formando estructuras conocidas como cuerpos de Lewy y neuritas de Lewy. Estos cúmulos se propagan a otras regiones del cerebro y dañan los nervios.
Los investigadores querían ver si el mapeo de las conexiones estructurales y funcionales a través del cerebro podría usarse para predecir patrones de propagación de la atrofia en pacientes con enfermedad de Parkinson leve.
Utilizaron datos de resonancia magnética de 86 pacientes con enfermedad de Parkinson leve y 60 participantes de control sanos para generar el conectoma, un mapa estructural/funcional de las conexiones neuronales del cerebro. Los investigadores utilizaron el conectoma para desarrollar un índice de exposición a enfermedades.
La exposición a la enfermedad al año y a los dos años se correlacionó con la atrofia a los dos y tres años después del inicio. Los modelos que incluían la exposición a enfermedades predijeron la acumulación de atrofia de la materia gris durante tres años en varias áreas del cerebro.
"En el presente estudio, el conectoma cerebral, tanto estructural como funcional, mostró el potencial de predecir la progresión de la alteración de la materia gris en pacientes con enfermedad de Parkinson leve", relata la coautora del estudio Federica Agosta, profesora asociada de neurología en la Unidad de Investigación de Neuroimagen del Instituto Científico IRCCS San Raffaele en Milán, Italia.
Los hallazgos respaldan la teoría de que las conexiones funcionales y estructurales entre regiones del cerebro pueden contribuir significativamente a la progresión de la enfermedad de Parkinson.
"La pérdida de neuronas y la acumulación de proteínas anormales pueden alterar las conexiones neuronales, comprometiendo la transmisión de señales neuronales y la integración de información entre diferentes regiones del cerebro", afirma la profesora Agosta.
Los resultados del estudio apuntan a un papel de la resonancia magnética en los ensayos de intervención para prevenir o retrasar la progresión de la enfermedad, especialmente cuando se incorpora al modelo información individual del paciente. Dado que la progresión de la enfermedad de Parkinson probablemente difiere entre los individuos, los modelos futuros deberían considerar diferentes condiciones iniciales e incorporar información específica de cada individuo para una eficacia óptima, según Agosta.
"Creemos que comprender la organización y la dinámica de la red del cerebro humano es un objetivo fundamental en la neurociencia, que se puede lograr mediante el estudio del conectoma humano", aclaran. "La idea de que este enfoque podría ayudar a identificar diferentes biomarcadores capaces de modular la progresión de la enfermedad de Parkinson inspira nuestro trabajo", finalizan los investigadores.