MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las personas con trastorno mental grave, como esquizofrenia, viven entre 10 y 15 años menos que la población general "no porque se suiciden, sino porque tienen peor acceso a los servicios sanitarios y reciben peor atención", según ha advertido el director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón, Celso Arango.
"Tenemos un sistema sanitario que está muy bien preparado para trabajar lo que entra dentro de la tipicidad, lo que es lo esperable", ha explicado el experto, para lamentar que no es así cuando la persona no se enmarca dentro de la 'norma'. Por tanto, otras enfermedades, como el cáncer, se le acaban diagnosticando de manera más tardía.
"Con los tiempos que tenemos y la poca preparación que tenemos los profesionales sanitarios, esas personas no reciben atención sanitaria, tienen menos acceso a pruebas, tienen menos acceso a consultas y a visitas", ha insistido, para posteriormente pedir que, como sociedad, es necesario "ser absolutamente inclusivos y dar también respuesta a la diversidad".
Así se ha pronunciado el psiquiatra en el marco de la presentación de la campaña 'Unidos contra el estigma', de Lundbeck, que ha tenido lugar este lunes y que lleva por objetivo acabar con los estereotipos asociados a las personas que padecen trastornos relacionados con la salud mental.
Así las cosas, Arango ha puesto sobre la mesa el estigma que existe por parte de los propios profesionales sanitarios hacia la salud mental. "Si una persona ingresada en Psiquiatría por un trastorno mental grave tiene una psoriasis, y le pongo una interconsulta al dermatólogo para que le venga a ver, ese dermatólogo, sobre todo si tiene poca experiencia, entra a la planta de Psiquiatría atemorizado, mirando para atrás y tembloroso. Eso es estigma", ha ejemplificado.
De hecho, en la especialidad de Psiquiatría "hay el mismo estigma", según el paciente y coordinador de Amb Experincia Prpia, Antonio Serrano. "Al psiquiatra se le cuenta lo peor de la vida. Vas allí porque estás mal. Y si tú entras a un despacho en el que el psiquiatra no te mira, mira la pantalla, mira el papel que tiene delante, o casi te ignora, sales peor de lo que has entrado. Y eso es estigma", ha lamentado. Frente a ello, ha instado a los profesionales a crear un "vínculo" con el paciente o con el usuario para que ese estigma desaparezca.
Además, el estigma es uno de los motivos por los que "más del 50 por ciento de las personas con trastorno mental no acude nunca a un profesional", según Arango. Si bien es cierto que hay un porcentaje "muy importante" de la población que tiene todo tipo de patología médica que no recibe atención, este hecho "se incrementa" en los trastornos mentales. "En parte, esa diferencia con otras patologías médicas tiene que ver con la vergüenza y el miedo", ha explicado.
En este sentido, el porcentaje de personas con trastorno mental no atendidas es menor entre mujeres que en hombres. "Creo que en parte eso se explica porque la mujer tiene menos reticencias a la hora de solicitar ayuda que el hombre", ha deducido Arango.
En relación al estigma, el psiquiatra también ha hecho hincapié en la importancia de prevenirlo, ya que, aunque la persona no padezca un trastorno mental, el hecho de ser juzgado por los demás por ser "distinto" puede acabar desembocando en una de estas enfermedades. "Si un niño es distinto a los demás, tiene comportamientos que no siguen la media y sufre acoso escolar, se puede producir un trastorno mental", ha alertado Arango.
LA CAMPAÑA
Durante la rueda de prensa, se han compartido los resultados de un experimento sobre el estigma del trastorno mental en la inteligencia artificial (IA). Con él, se ha demostrado el sesgo real en la generación de imágenes de personas que sufren trastorno mental. En el caso de la depresión, está asociada a una persona apática, triste, inestable, incapaz de disfrutar en su día a día, y en el de la esquizofrenia se les representa fuera de sí, agresivos y violentos.
El director general de Domestic Data Streamers, Axel Gasulla, ha explicado que, mediante su colaboración con Lundbeck, se ha querido explorar si el estigma social en salud mental se traslada también a la tecnología y, en concreto, a la IA. "El resultado ha sido más preocupante de lo esperado, ya que hemos comprobado que esta tecnología no solo representa a la persona que padece enfermedad mental con aspecto deteriorado, triste o violento, sino que se extiende a todo su entorno", ha dicho. Por ejemplo, las imágenes que incluyen a personas alrededor de un paciente con depresión, muestran una expresión de condescendencia.
Precisamente, el experto ha recordado que la IA refleja las creencias de la propia sociedad. "Las formas que tenemos de pensar o concebir la realidad articula el estigma, y esas sociedades han alimentado la IA", ha desgranado Gasulla, que ha recordado que uno de los países que más "alimenta" a la IA es Estados Unidos.
Por tanto, el objetivo para Gasulla es "conseguir que la tecnología represente la salud mental de forma que empodere a los pacientes". Para ello, si se le pide a la IA la creación de una imagen de una ingeniera con depresión, la forma de acabar con el estigma sería la visualización de una ingeniera "hablando abiertamente de su enfermedad con sus compañeros de trabajo", pero sin la necesidad de que ella aparezca representada triste o apática, ha finalizado Gasulla.