SANTANDER, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Casi seis de cada 10 enfermos diagnosticados de cáncer se curan, aunque los casos son muy distintos según el tipo, y es muy probable que dentro de dos décadas esta cifra se eleve a ocho de cada 10, según el jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Valdecilla, Fernando Rivera.
Pese a ello, en una entrevista remitida por el Colegio de Médicos de Cantabria con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, Rivera cree que, en materia de prevención la sociedad no está lo "suficientemente concienciada" de la importancia de cambiar hábitos para evitar una enfermedad que todavía acaba con miles de personas.
Así, tanto en Cantabria como en España, el cáncer "tiende a subir" por el consumo de tabaco (más en mujeres que en hombres, porque las fumadoras han aumentado), el envejecimiento de la población y el abandono de la dieta mediterránea, razón esta última por la que ha aumentado el cáncer colorectal.
Pero, según Rivera, la incidencia bajaría con prevención: "solo si dejáramos de fumar habría del 20 al 30 por ciento de tumores menos, si mejoráramos la dieta, ayudaría a reducir los casos de casi todos los tumores, el ejercicio físico también y el consumo de alcohol es perjudicial para el cáncer, incluso en pequeñas cantidades".
Además, los cribados "ayudan mucho", aunque solo acuden a la consulta el 45% de los citados. Así, el cribado de cáncer colorectal ha hecho que en 10 años se puedan reducir entre el 20 y el 30% de estos tumores, como el de mama y el de cérvix, ha subrayado. "Pero si lo hiciéramos todo y nos concienciáramos de la importancia de cambiar los hábitos desaparecerían del 40 al 50% de los cánceres", ha recalcado.
Estos datos indican que en 2019, de los 3.700 nuevos cánceres registrados en Cantabria, podían haberse evitado 1.800. "Es decir, tenemos que prevenir más porque hoy aún mueren en torno al 40 por ciento de los pacientes, en España hay 113.000 muertes al año y en Cantabria 1.660, la misma proporción", destaca Rivera.
Respecto a otras patologías, en Cantabria hay casi igual de muertes por cáncer que por enfermedades cardiovasculares, ambas registran una tendencia a la baja, pero muy poco a poco. "La incidencia sube pero como los tratamientos mejoran muchísimo hay más supervivencia".
SUPERVIVENCIA
En cuanto a la supervivencia por tipos de cánceres, es más compleja en el de páncreas, del que solo sobrevive el 7%; o en el de pulmón, con un 15%. Sin embargo, tumores como los testiculares, se curan casi todos, aunque tengan metástasis; los de mama, el 85% de los casos y los colorectales, la mitad.
También es importante el estadio en que se encuentra la enfermedad a la hora de tratarla, cuanto más tarde se localiza peor aunque hay tratamientos que han cambiado "una barbaridad" en los últimos 10 años.
"Hoy en día el cáncer que no da metástasis no suele matar", pero ahora hay que mejorar los que sí dan metástasis, que son en torno a la mitad de cánceres y lo que en la actualidad mejora el tratamiento son los medicamentos, lo demás como la radio o la quimio, "es difícil que mejore porque ya ha avanzado muchísimo", afirma.
Cuando no hay metástasis, los tratamientos locales, la cirugía y la radioterapia, son "fundamentales" y los medicamentos (quimioterapia, hormonoterapia, tratamientos dirigidos o inmunoterapia) son complementarios y permiten disminuir las recaídas locales o de metástasis y aumentar, por tanto, las curaciones.
Cuando sí hay metástasis, en cambio, los tratamientos más importantes son los medicamentos, siendo menos útiles, en general, los tratamientos locales. "La quimioterapia es el más clásico de estos tratamientos farmacológicos y ha permitido y permite importantes avances, bien en el sentido de aumentar su eficacia, o en el de disminuir su toxicidad", explica el experto.
"Sin embargo, por ser a menudo muy inespecíficos, su eficacia es limitada y su toxicidad sigue siendo importante y, aunque aún se están produciendo avances, probablemente será difícil avanzar mucho más en su desarrollo", añade.
Y en la última década han surgido dos grupos de tratamientos "muy prometedores", que ya están permitiendo importantes avances y posiblemente tengan un gran margen de desarrollo en los años próximos: los tratamientos dirigidos y la inmunoterapia.
En un futuro "no muy lejano" es muy posible que se incorpore la inteligencia artificial para ayudarnos a caracterizar el tumor y a planificar tratamientos, que seguramente serán "individualizados y muy complejos". agrega.
SITUACIÓN DE VALDECILLA
Sobre la posición de Valdecilla en el tratamiento del cáncer, Rivera señala que es una enfermedad "muy horizontal" por lo que lo importante es tener un buen hospital, "y Valdecilla lo es". "Irse a otro hospital a tratar un cáncer es absurdo, Valdecilla tiene lo último en tecnología y no tenemos nada que envidiar a otros hospitales de aquí o de Estados Unidos", subraya.
Además, el centro lidera muchos estudios de muy diversos tumores. "Hacemos mucho más que lo que la gente ve y debemos difundirlo porque realmente tenemos un buen hospital con un equipo de profesionales de muchísimo nivel, con muchas ganas y apoyo institucional", recalca.
Rivera destaca también la buena posición del hospital cántabro en investigación y ensayos clínicos. Así, en la actualidad hay en marcha más de 60 ensayos clínicos que ofrecen la posibilidad de tratamientos innovadores a muchos pacientes, explica.
Además, también se están realizando estudios fase I, que son "los más innovadores" y que suelen permitir intentar tratamientos "realmente pioneros" en pacientes que no tienen otras opciones.
"Son estudios enormemente complejos y exigentes que sólo pocos hospitales pueden realizar" y en los que Valdecilla, que tiene un "importante potencial de crecimiento", puede "llegar a ser el hospital de referencia en la zona norte central de España".
Por contra, según Rivera, "el embudo que está enlenteciendo el progreso en el tratamiento del cáncer" es la investigación clínica "que, aunque es muy importante, aún no es suficiente".
"Si queremos acelerar la mejoría del tratamiento del cáncer, hay que colaborar en la realización de estos ensayos clínicos porque sin ellos no se pueden poner a disposición de los pacientes nuevos medicamentos más eficaces y seguros. Y hay que seguir investigando porque la investigación no es un gasto, es una inversión", concluye.