Cantabria es una de las comunidades con menor incidencia y mortalidad del cáncer de cérvix

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Actualizado: martes, 7 octubre 2014 3:06

El programa de cribado tiene como fin hacer un diagnóstico precoz y detectar lesiones precancerosas

SANTANDER, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -

Cantabria es una de las comunidades con menor incidencia (7 por cien mil mujeres) y menor mortalidad (1,6 por cien mil mujeres) del cáncer de cérvix, que constituye la tercera causa de muerte por cáncer en las mujeres de 15 a 44 años, por detrás de la de mama y el de pulmón.

Actualmente, la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales mantiene activo un programa de cribado de carácter oportunista, con el fin de hacer un diagnóstico precoz y detectar lesiones premalignas. La participación en este programa está en torno a un 54%.

Estos son algunos de los datos del informe 'Situación del cribado de cáncer de cérvix en Cantabria', realizado por la Dirección General de Salud Pública, que ha permitido conocer la magnitud de la enfermedad en la región y cómo es el cribado que se realiza en el sistema sanitario público, lo que constituye una herramienta para analizar las oportunidades de mejora del programa de cribado.

Dichas posibilidades de mejora han sido analizadas en una jornada sobre el cribado del cáncer de cérvix, organizada por la Consejería de Sanidad, a la que han asistido especialistas de las distintas disciplinas implicadas en el abordaje de esta enfermedad -ginecólogos, enfermeras, matronas, patólogos, epidemiólogos- y en la que se dio a conocer el citado informe, las nuevas estrategias en el cribado y algunas propuestas de mejora para el programa de Cantabria.

REQUISITOS DE CRIBADO

A pesar de su baja incidencia, el cáncer de cérvix es una causa de mortalidad evitable mediante programas de detección temprana y tratamiento de lesiones precancerosas, ya que tiene una larga fase antes de que dé síntomas y existe una prueba de detección de esas fases iniciales "sencilla y aceptada" por las mujeres, la citología.

Esta prueba hace posible, por un lado, disminuir la mortalidad porque permite diagnosticar el cáncer en sus estadios iniciales -cuando el tratamiento es más efectivo-, y por otro, reducir la incidencia porque es capaz de detectar lesiones precancerosas.

Como la mayoría de las comunidades autónomas, Cantabria cuenta con un programa de cribado oportunista que se lleva a cabo en Atención Primaria y en las consultas de Ginecología, según los criterios del 'Protocolo de detección precoz del cáncer de cérvix 2011' y mediante la realización de citologías con una periodicidad de entre 3 y 5 años.

Las mujeres que se realizan citologías con mayor frecuencia son las de 31 a 35 años. A partir de esa edad se observa un progresivo descenso en la participación, lo que coincide con un aumento de la mortalidad por cáncer de cérvix en estos grupos de edad.

Por otra parte, a pesar de que el Servicio Cántabro de Salud establece que el cribado debe realizarse en Atención Primaria, actualmente solo el 50% de las pruebas se hacen en los centros de salud, por el médico de familia o la matrona.

Aproximar ese porcentaje al 100% y reservar las consultas hospitalarias para el diagnóstico de las mujeres con citologías positivas sería un aspecto a mejorar.

El 7% de las mujeres exploradas presentan alteraciones morfológicas en la citología (cribado positivo). De éstas, el 1% tienen una lesión premaligna de alto grado, por lo que precisan una valoración por parte del especialista para confirmar el diagnóstico mediante colposcopia y biopsia. La detección del cáncer directamente en la citología ocurre solo en el 0,4 por mil de las mujeres.

VIRUS DEL PAPILOMA

Otro motivo que justifica la revisión del cribado del cáncer de cérvix es su relación causal con el virus del papiloma humano (VPH) y la introducción en los calendarios de la vacuna frente a los genotipos de mayor riesgo, que ahora se administra a las niñas a los 14 años.

Según el Departamento de Anatomía Patológica del Hospital Valdecilla, el 39% de los estudios moleculares que se realizan tras una citología son positivos para algún tipo de VPH y el 100% de los cánceres diagnosticados por citología tiene asociado un genotipo de alto riesgo.

Estos datos harían necesario ajustar la edad de inicio del cribado en función de la vacunación frente al virus del papiloma, aunque sería preciso mantener este tipo de programas para proteger a las mujeres que no han sido vacunadas.

En este sentido, se está a la espera de los nuevos criterios de cribado que determine el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en función de las recomendaciones de la nueva Guía Europea.

El informe de Salud Pública concluye también que el cribado oportunista que se realiza actualmente en el SCS, cuyo coste se ha estimado en 4,5 millones de euros anuales, es una intervención "eficiente" si se tienen en cuenta los años de vida ganados gracias a su aplicación.