MADRID, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes que hacen ejercicio ligero mientras se someten a diálisis están en mejor forma física y son hospitalizados con menos frecuencia que los que no lo hacen, según un estudio a gran escala realizado por un consorcio dirigido por la Universidad Técnica de Múnich (Alemania).
Alrededor de 558.000 personas en Estados Unidos tienen una función renal tan deteriorada que requieren diálisis varias veces por semana. En Alemania, unas 80.000 personas se someten regularmente a diálisis. Muchas padecen además otros problemas de salud, como diabetes y cardiopatías. Por eso, los investigadores creen que los programas de ejercicio deberían ofrecerse a los pacientes en diálisis como norma.
"Las limitaciones impuestas por estas enfermedades, y el tiempo necesario para la diálisis, hacen que a menudo los afectados realicen poco ejercicio físico. Queríamos cambiar esta situación", ha afirmado Martin Halle, catedrático de Medicina Deportiva Preventiva y Rehabilitadora de la TUM, que dirigió el estudio.
PLANES DE EJERCICIO PERSONALIZADOS
Aproximadamente 1.000 pacientes de 21 centros de diálisis de Alemania participaron en el estudio, que se ha publicado en la revista 'New England Journal of Medicine-Evidence'.
"Montamos uno de los mayores estudios del mundo sobre actividad física en el contexto de enfermedades específicas", afirma Martin Halle. Se consultaron los datos de los proveedores de seguros médicos para garantizar que el grupo de participantes fuera representativo de los pacientes en diálisis de Alemania en cuanto a aspectos como la edad, el sexo y el estado general de salud.
Durante un periodo de doce meses, la mitad de los participantes en el estudio realizaron sesiones de ejercicio acompañadas al menos una vez e idealmente tres veces por semana junto con su diálisis, mientras que otros solo estuvieron sujetos a control médico.
Estas sesiones incluían 30 minutos de entrenamiento de resistencia con un ergómetro de ciclo en cama y otros 30 minutos de ejercicios con pesas, bandas de resistencia y pelotas. Los ejercicios se adaptaron a la capacidad de cada paciente.
MEJORAS EN LAS PRUEBAS ESTANDARIZADAS
Al cabo de un año, la salud de los participantes activos en el estudio había mejorado significativamente. Por ejemplo, completaron más repeticiones en una prueba de bipedestación de un minuto y caminaron más en seis minutos que al inicio del estudio. En el grupo de control, estos valores eran incluso más bajos al final del periodo de estudio que al principio.
"Es cierto que este tipo de pruebas estandarizadas no parecen reflejar especialmente la vida cotidiana", afirma Martin Halle. "Sin embargo, los resultados demuestran mejoras tangibles en la calidad de vida y la autonomía. Por ejemplo, los participantes eran capaces de levantarse de una silla en casa sin ayuda, lo que antes no siempre ocurría", ha explicado.
Hay otros indicios de los efectos positivos del programa de formación: los participantes que completaron las sesiones regulares de formación pasaron una media de dos días en el hospital durante el estudio, frente a una media de cinco días para el grupo de control.
BAJO COSTE POR UNIDAD DE FORMACIÓN
"En mi opinión, los resultados hablan por sí solos", afirma Martin Halle, que celebra que se pudo mejorar la salud de los participantes y también reducir los costes para el sistema sanitario con un desembolso "relativamente bajo". Las cifras de los investigadores sugieren que los costes del entrenamiento personalizado rondarían los 25 euros por sesión y persona.
El consorcio DiaTT (Dialysis Training Therapy) presentó el informe final al Comité Mixto Federal (Gemeinsamer Bundesausschuss - G-BA), que había financiado el estudio a través de su Fondo de Innovación (Innovationsfonds).
Este comité determinará en última instancia si este entrenamiento se ofrece a todos los pacientes de diálisis con seguro médico obligatorio. "Espero que nuestro programa de ejercicios se convierta en norma en el seguro médico obligatorio de Alemania", afirma Martin Halle. "Es probable que las ventajas también se apliquen a los pacientes de otros países. Sin embargo, hay que encontrar el mejor enfoque para una amplia implantación en cada sociedad", ha apuntado.
Los participantes en el estudio seguirán siendo controlados en el futuro para ayudar a los investigadores a conocer mejor los efectos del ejercicio a largo plazo. "Nuestro estudio demuestra lo importante que es adoptar una visión holística de la salud, especialmente cuando se trata de pacientes ancianos y enfermos", afirma Martin Halle. "Aunque la medicina de alta tecnología es importante, solo puede alcanzar todo su potencial en combinación con otros campos, como la medicina preventiva", ha finalizado.