El 76% de los familiares de un paciente con cáncer teme por la vida de su ser querido tras conocer el diagnóstico

Archivo - Mujer con cáncer, familia, acompañamiento.
Archivo - Mujer con cáncer, familia, acompañamiento. - NOSYSTEM IMAGES/ ISTOCK - Archivo
Publicado: martes, 15 julio 2025 7:49

   MADRID, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un diagnóstico de cáncer es un evento que cambia la vida de los pacientes y puede causar problemas de salud mental a corto y largo plazo, ya que se adaptan a un nuevo ciclo de vida, con semanas o meses de diferencia entre las citas médicas de seguimiento.

    Una nueva encuesta realizada en nombre del Centro Oncológico Integral de la Universidad Estatal de Ohio - Hospital Oncológico Arthur G. James y el Instituto de Investigación Richard J. Solove (OSUCCC - James) de Estados Unidos destaca el amplio impacto emocional del cáncer y revela qué es lo que más preocupa a los adultos cuando un ser querido recibe el diagnóstico.

    Kevin Johns, director del programa de oncología psicosocial en el OSUCCC - James comenta que los estudios sugieren que los pacientes con cáncer tienen cinco veces más probabilidades de experimentar depresión que la población promedio y se estima que el 42% de los sobrevivientes de cáncer de mama experimentan ansiedad.

   La depresión y la ansiedad pueden afectar significativamente la capacidad de un paciente para completar la atención y recuperarse por completo después del tratamiento, lo que afecta su supervivencia a largo plazo. No es raro que los pacientes esperen hasta un año para ver a un psiquiatra, dependiendo de dónde vivan y del seguro médico que tengan.

Los pacientes en tratamiento contra el cáncer simplemente no pueden esperar tanto tiempo; la necesidad es aguda, pero también crónica, por lo que el acceso oportuno es crucial. Estamos trabajando para cubrir estas deficiencias en la atención y así brindar un mejor apoyo a nuestros pacientes y sus cuidadores, apunta Johns.

    Esta encuesta reciente encargada por la OSUCCC - James entre adultos estadounidenses mayores de 18 años se centró en las principales preocupaciones cuando a un ser querido se le diagnostica cáncer. La encuesta reveló que más de tres cuartas partes de los adultos encuestados mencionan la esperanza de vida (76%), el tratamiento (69%) y el dolor (65%) como las principales preocupaciones que tienen sobre sus seres queridos diagnosticados con cáncer. La lista de preocupaciones es extensa e incluye: efectos secundarios (55%); estrés familiar (54%); duelo (49%); medicación (42%); estrés del cuidador (34%); imagen corporal (11%); ninguna de las anteriores (2%).

   "La complejidad de las preocupaciones de los cuidadores es muy representativa de los desafíos únicos que enfrentamos como comunidad de salud mental al apoyar a nuestros pacientes durante el tratamiento y su transición a la normalidad como sobrevivientes de cáncer", comenta Johns. "Es un verdadero viaje de vida, y como cualquier viaje, puede tener altibajos extremos que deben sortearse. Ayudar a nuestros pacientes a prosperar después del diagnóstico mediante una atención de salud mental adecuada es fundamental para lograr una alta calidad de vida".

    Otros puntos destacables de la encuesta eran que los jóvenes estadounidenses de entre 18 y 29 años tienen más probabilidades que todos los demás grupos de edad de indicar que el duelo (66 %) es una de sus principales preocupaciones cuando a un familiar se le diagnostica cáncer. Además, los adultos jóvenes también son más propensos que los adultos mayores, de 65 años o más, a decir que la imagen corporal (18%) es una de sus principales preocupaciones. Por el contrario, los estadounidenses de mayor edad son más propensos que los más jóvenes a decir que el curso del tratamiento (74%) y el estrés del cuidador (37%) son sus principales preocupaciones cuando un ser querido recibe un diagnóstico.

   Johns señala que la salud mental es especialmente compleja en la población de sobrevivientes de cáncer, ya que los desafíos pueden manifestarse de diferentes maneras en las distintas etapas de la enfermedad, desde el diagnóstico hasta el tratamiento y el seguimiento de la supervivencia. Citó cambios cognitivos, fatiga severa, confusión mental provocada por los efectos del tratamiento e incluso síntomas similares al TEPT (trastorno de estrés postraumático), alucinaciones y delirio hospitalario como efectos secundarios del cáncer de los que no se habla a menudo, pero que pueden ser muy impactantes tanto para los pacientes como para sus cuidadores.

   "Si no se advierte a los pacientes o a sus cuidadores de antemano que pueden presentarse estos síntomas, puede causar mucha ansiedad y vergüenza innecesarias, por eso es muy importante que trabajemos con nuestros pacientes y cuidadores desde el principio para prepararlos para lo que pueda suceder", matiza Johns.

    Bajo el liderazgo de Johns, el Programa de Oncología Psicosocial OSUCCC - James ha ampliado enormemente su equipo de proveedores psiquiátricos, psicólogos, trabajadores sociales y otros profesionales de la salud mental para apoyar a los pacientes de OSUCCC - James.

   Además, Johns también colaboró con OSUCCC - James en la implementación piloto de un innovador servicio de consultoría oncológica para ayudar a los oncólogos de mama a abordar el manejo médico de la ansiedad y la depresión en sus pacientes. La iniciativa piloto tuvo una acogida positiva tanto por parte de los pacientes como de los oncólogos, y ahora se está ampliando para atender a pacientes con cáncer de cabeza y cuello.

   "Los pacientes que reciben tratamiento oncológico ya tienen muchas citas y, por lo general, desarrollan una relación muy estrecha con su oncólogo, por lo que este profesional también se convierte en el proveedor de salud mental por defecto si no tienen acceso inmediato a un profesional de la salud especializado", finaliza Johns. "Este nuevo modelo de apoyo se diseñó para ampliar los servicios de apoyo a la salud mental existentes al mayor número posible de pacientes".

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