La violencia cotidiana al margen de la guerra también deteriora la salud mental de los niños en Afganistán

Actualizado: viernes, 21 agosto 2009 13:42

MADRID 21 Ago. (EUROPA PRESS) -

Los jóvenes afganos tienen una salud mental deficiente no sólo por las experiencias violentas que viven en el contexto de la guerra, sino también por las que experimentan en su vida cotidiana, según una investigación de la Universidad de Durham (Reino Unido), cuyos datos fueron publicados en 'Lancet' y que subraya el valor de las iniciativas educativas para lograr mantener la salud mental de estos menores y la importancia de 'entender el trauma' en un contexto donde se desarrollan también formas cotidianas de angustia y sufrimiento.

Los actuales estudios realizados en este campo dentro de Afganistán han revelado diferentes problemas de salud mental en la población adulta, pero eran escasas las evidencias en los niños, por lo que los autores de este trabajo realizaron una encuesta a los jóvenes, sobre los 11 años de edad, para evaluar la salud mental del país, las experiencias traumáticas y la actitud social.

Participaron en la encuesta 1.011 niños, 1.011 cuidadores y 358 profesores, escogidos en 25 escuelas públicas de tres areas del centro y el norte del país: Kabul, Bamyan, y Mazar-e-Sharif. Se observaron posibles enfermedades psiquiátricas y la actitud social de los estudiantes, así como de sus cuidadores, tendiendo en cuenta las experiencias traumáticas que hubieran vivido.

Los investigadores, dirigidos por la profesora Catherine Panter-Brick, descubrieron una asociación entre los resultados sobre la salud mental de los niños con su exposición a traumas y la salud mental de sus cuidadores. Cerca del 22 por ciento de los menores reunían los criterios para presentar posibles problemas psiquiátricos, teniendo las niñas más de el doble (2,5) de posibilidades de tener este tipo de problemas que los niños.

CINCO O MÁS EPISODIOS DUPLICAN EL RIESGO

Los niños que tuvieron cinco o más episodios traumáticos corrían el doble de riesgo de sufrir desórdenes psiquiátricos y el triple de presentar síntomas de estrés postraumático que aquellos que habían vivido cuatro de estos episodios o menos.

La salud mental de los cuidadores estaba relacionada con el bienestar de los niños a los que cuidaba, registrándose un aumento del 10 por ciento en las probabilidades de menor de desarrollar desórdenes psiquiátricos por cada síntoma de angustia notificado por sus cuidadores.

Los menores que vivían en Kabul presentaron más posibilidades de sufrir trastornos psiquiátricos y síntomas de estrés postraumático que aquellos que vivían en Bamyan o Mazar-e-Sharif. El estudio también aportó evidencias de la fortaleza y determinación de los niños afganos en seguir adelante pese a la adversidad diaria. Tanto estudiantes como cuidadores y niños mostraron síntomas de tener problemas mentales, pero sus relacione sociales eran positivas.

Según los autores, "la política del Gobierno afgano ha reconocido la necesidad de realizar intervenciones en la sanidad pública para aliviar los traumas, desórdenes mentales y angustia que en general, sufre la población del país".

"En Afganistán hay un clima de violencia por parte de la insurgencia armadas que genera dolor y un constante sufrimiento. Nuestros datos sugieren que, en la vida de los niños del país, cada episodio de violencia importa tanto como la violencia militar a la hora de vivir experiencias traumáticas".

"Nuestro estudio subraya el valor de las iniciativas educativas para mantener la salud mental de los niños y la importancia de entender el trauma en un contexto donde existen también formas cotidianas de sufrimiento, adversidad y violencia", concluyeron.