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ATLANTA, 16 Oct. (Reuters/EP) -
Un estudio llevado acabo por la Universidad de Emory en Atlanta (EEUU) ha demostrado que la administración de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) no aumentó entre las adolescentes la aparición de enfermedades de transmisión sexual o el número de embarazos.
El estudio, publicado recientemente en la revista 'Pediatrics', demuestra que la preocupación de los padres a que sus hijas puedan, tras recibir la vacuna, aumentar sus relaciones sexuales de riesgo, podría ser infundada.
"Algunos padres han expresado una preocupación", ha explicado Saad Omer, uno de los investigadores de enfermedades infecciosas y vacunas de la Universidad que desarrolló el estudio.
"Los padres pueden estar tranquilos por lo menos sobre la base de la evidencia de que las jóvenes que reciben vacunas no mostraron signos de aumento en los resultados clínicos de actividad sexual", ha añadido.
La vacuna recomendada para prevenir la aparición del cáncer de cuello de útero, se implantó en Estados Unidos para niñas de entre 11 y 12 años en 2006; desde entonces está envuelta en una gran controversia. El principal argumento contra su aplicación ha sido que la preadolescentes sienten una falsa sensación de seguridad cuando se trata de sexo.
Para el estudio, Omer y sus colegas analizaron las bases de datos de Kaiser Permanente de Georgia, una organización de sanitaria que cubre el área de Atlanta y registró entre 2006 y 2007 un total de 1.398 chicas de entre 11 o 12 años, a las que, al menos, a 493 se las suministró una dosis de la vacuna contra el VPH.
Con base a los registros de sus visitas a Atención Primaria, se observó que a 107 de las jóvenes incluidas en el estudio se les administró una prueba de embarazo hasta el 2010, y a 55 se las realizó una prueba para comprobar la infección por clamidia. El estudio demostró que, independientemente de ser vacunadas, todas las niñas eran igualmente propensas a hacerse ambas pruebas.
Así, dos niñas en cada grupo se quedaron embarazadas durante el estudio; y, en cuanto a la clamidia, solo una chica de las que había sido vacunada se le diagnosticó frente a las tres niñas sin vacunar que también resultaron afectadas.
PIDEN MÁS ESTUDIOS
El equipo de Omer no tiene ningún dato sobre el número de las chicas que eran sexualmente activas durante el período de estudio; asimismo, los investigadores tampoco han podido decir si las pruebas realizaras se hicieron ante posibles síntomas. Por este motivo, los investigadores apuestan por realizar más estudios como este, en diferentes lugares y contando con una muestra mayor.
El investigador de ginecología y obstetricia de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, el doctor Divya Patel, considera que este estudio es el "primer intento realmente bueno" para mirar los efectos del comportamiento de las vacunas contra el VPH, aunque considera que no trasmite una imagen completa.
Asimismo, cree que muchas jóvenes desconocen para qué es la vacuna y qué tipo de enfermedad de trasmisión sexual previene. "Creo que la percepción de riesgo no está muy allá. La gente realmente no se considera en riesgo o no está preocupada", ha explicado Patel, para quien a vacunación es la mejor manera de prevención.