En torno al 90% de las muertes súbitas se producen por problemas cardiacos conocidos

Actualizado: martes, 7 octubre 2014 7:25


MADRID, 6 Dic. (EUROPA PRESS) -

En torno a 30.000 personas mueren al año en España por lo que se conoce muerte súbita, es decir por muerte natural que ocurre de forma instantánea o durante la primera hora desde el comienzo de síntomas, siendo causada en el 85 o 90 por ciento de los casos por una enfermedad cardiaca conocida y, muchas veces, prolongada, lo que implica que la muerte es una consecuencia esperada dentro de los riesgo de la enfermedad.

"Básicamente tenemos que pensar que se trata de una muerte que ocurre con tanta rapidez que es imposible intervenir. La inmensa mayoría es por problemas cardiacos, es lo más habitual, entrono al 85 o 90 por ciento; aunque preocupan mucho más, porque son más dramáticas, las que son en gente sana, y, particularmente, en los deportistas", afirma el doctor Francisco García-Cosío, de la Universidad Europea y jefe de Cardiología del Hospital de Getafe (Madrid).

El perfil muestra que la obesidad, la diabetes, la hipertensión y ser fumador son factores de riesgo absolutos para verse afectado por una muerte súbita, si se suma ser hombre y padecer estrés laboral, el riesgo es mayor. Pero si además, añade, "decide correr esporádicamente para cambiar sus hábitos de salud, podría llevarles a una muerte segura", en referencia a que dentro del perfil se ve un aumento entre aquellos con factores de riesgo que no practican deporte con asiduidad pero que deciden empezar a hacer deporte para cambiar sus hábitos de vida sin una preparación previa.

Lo cierto es que la práctica deportiva intensa es un factor que incrementa sensiblemente el riesgo de sufrir una muerte súbita y se produce normalmente por una arritmia cardiaca, llamada fibrilación ventricular, que hace que el corazón pierda su capacidad de contraerse de forma organizada, por lo que deja de latir.

En cualquier caso, a su juicio es arriesgado señalar que este tipo de muertes han aumentado en los últimos años, además advierte de que "muchas muertes no son testimoniales", ya que en el caso de las muertes por una enfermedad cardiaca de noche se desconoce si éstas se han producido de forma súbita.

Normalmente, llama la atención los casos que se producen en personas sanas, deportistas de élite y niños. En el caso de las personas sanas y los niños las posibilidades son múltiples y, en muchas de estas ocasiones, sí desconocidas de inicio por parte de la persona fallecida, y no localizadas en una revisión; destaca el caso de los niños pequeños que tiene una incidencia "relativamente alta".

Sin embargo en los deportistas de élite apunta a sustancias legales que pueden provocar arritmias en interacción con otras o solas. "Quizá habría que valorar lo que se mete un deportista estresado porque tiene que ganar", explica sin pretender argumentar ésta como la única causa de la muerte de unos 200 o 250 deportistas al año.

EL PAPEL DE LA GENÉTICA

No obstante, aunque es una proporción pequeña, "hay algunas enfermedades en las que te ha tocado una china genética terrible" que puede provocar una muerte súbita; es el caso de algunos tipos de miocardiopatías que no dependen de las coronarías.

Cuando se produce un problema cardiaco no detectado o algún tipo de alteración genética que les ha provocado una muerte súbita, es posible que no se observe en el corazón una alteración estructural en el mismo, aunque presentan una alteración genética que hace que el sistema eléctrico de su corazón esté alterado.

En estos casos, se está empezando a avanzar hacia lo que se conoce como marcadores genéticos, sin embargo, advierte, "se ha visto que hay familiares de un fallecido que tiene el gen pero nunca ha tenido un problema, otros que tienen el gen y se ve que tiene un problema", el avance real que tiene la genética ahora no es fácil de entender porque, afirma, "estamos empezando a entender lo complicado que es de entender, eso tiene la ventaja de que no se va a dar un salto al vacío".

"Hay algunos casos que se pueden identificar", es el caso del síndrome del QT largo (SQTL) donde hacer un estudio genético puede ayudar; también es el caso de la miocardiopatía hipertrófica (engrosamiento anormal del músculo cardiaco), aquí se ha visto claramente que hay genes más malignos que otros; lo mismo ocurre en la displasia de ventrículo derecho, donde detectar un determinado gen puede ayudar al diagnóstico.

Sin embargo, se desconoce hasta qué punto la genética puede determinar el desarrollo de la enfermedad, por eso "generalmente nos seguimos guiando por unas valoraciones multiparamétricas". Esto no quiere decir que "ante alguien que tiene por múltiples parámetros una sospecha fuerte de que puede padecer una enfermedad, no se pueda intervenir genéticamente".

El uso de la genética en la muerte súbita es bastante reciente si se tiene en cuenta que fue a comienzos de los 90 cuando se hicieron los primeros avances con el descubrimiento del primer gen asociado a muerte súbita cardiaca y desde entonces hemos descubierto unas 12 de enfermedades, un centenar de genes y mutaciones asociadas.

"La solución que a uno le encantaría es curar pero todavía estamos lejos. No se puede pretender hacer el test para detectar el gen en toda la población hoy por hoy. Insisto hay muchos medios para diagnosticar a aquel que tiene síntomas anunciadores", afirma.

Entre los síntomas se encuentra la sensación de opresión o dolor en el pecho, la falta de aire y una sensación general de debilidad, mareos y desmayos repetidos y taquicardias sin determinar. "Hay un pequeño porcentaje de gente, hasta el 20 por ciento, en la que la muerte se da con la primera manifestación de la enfermedad", señala, este no significa que la enfermedad no haya estado "probablemente durante años".

¿Cual es la actitud prudente y sensata ante el riesgo?. "Ante alguien que no tiene una historia ni factores, y tiene edad por debajo de los 40 años difícilmente entra en el grupo de riesgo y no es necesaria la prevención", afirma; sin embargo en aquellas personas con los factores de riesgo antes señalados, lo más oportuno es una cambio de hábitos: reducir el sobrepeso, eliminar el tabaco, evitar el abuso de alcohol y reducir la ingesta de grasas, además de una práctica de ejercicio acorde con la situación física de la persona.

No obstante, "hay enfermedades cardiacas que solo te dan arritmias en un corazón perfectamente normal, otras que te dan toda clase de problemas, y luego arritmias que te mata, hay todo un espectro", concluye este experto, que ha participado en las 'Jornadas de prevención de la muerte súbita: terapias y hábitos de vida saludables', organizadas por la Escuela de Doctorado e Investigación de la Universidad Europea.