MADRID 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
La investigación sobre la malaria debería realizarse en países africanos, ya que las organizaciones que apoyan la investigación médica en África no pueden asumir que sus resultados científicos son independientes en el tiempo y el espacio. De hecho, los resultados reflejan la interacción entre el ambiente de investigación, investigadores y el objeto de estudio, según afirmó Gunilla Priebe en una lección de Teoría de las Ciencias, de la Universidad de Gotemburgo en Suecia.
Priebe ha analizado la alianza de investigación internacional, Iniciativa Multilateral en Malaria (MIM), que aboga por la investigación sobre la malaria en general y especialmente en el entorno africano.
"Las investigaciones en malaria han sido, tradicionalmente, controladas por intereses ajenos a los países africanos, esto ha dejado un gran hueco en el conocimiento sobre la relación de los problemas que causa la enfermedad en el día a día de las personas que más la sufren", explicó la especialista.
Según el MIM, los investigadores que realizan su trabajo en África tienen una mejor percepción de la malaria así como de sus efectos sobre la población.
Además, un investigador que vive en el lugar del problema está más motivado para resolver los problemas relacionados con la población. "La proximidad al entorno, donde la sociedad, la economía así como las dinámicas biológicas están relacionadas directamente con la malaria, dan al investigador mejores oportunidades para formularse preguntas relevantes para su investigación. Si está localizada en África, aumentan las posibilidades de que los resultados sean prácticos", afirmó.
Priebe enmarca su análisis dentro de un concepto denominado africanización, que en relación con la producción de conocimiento científico implica dos asuntos claves como son el significado de tiempo y la ubicación respecto a la capacidad de los investigadores de analizar el objeto de estudio correctamente y de una manera relevante; y por otra parte, el impacto de la permanencia del colonialismo sobre la producción de conocimiento científico.
Según Priebe, los estudios del MIM muestran que la 'africanización' en la investigación de la malaria significa más inversión en infraestructuras, educación y mejores métodos de cooperación. En este caso, la 'africanización' también puede traer una mayor influencia tanto del paciente como de los grupos de investigadores que se han mantenido marginados.
Priebe recomendó tanto a las organizaciones investigadoras como a las fundaciones filantrópicas, "evaluar el papel de la investigación en el desarrollo del mismo modo que otros 'extranjeros' iniciaron proyectos de desarrollo en estos países".
"Por supuesto, que más dinero para las investigaciones serán bienvenidos, pero si la organización que las realiza en y sobre África no tiene intención de reproducir los métodos coloniales, entonces no podrán trabajar sobre las bases de los ideales utópicos de una autonomía científica", afirmó.
"Pero también deben tener en consideración cuestiones como el derecho a la co-propiedad en cada etapa de producción y tampoco pueden basarse únicamente en el apoyo financiero o el contenido y la organización de la investigación, también deben contar con los efectos políticos y sociales de investigación" concluyó Priebe.