MADRID, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
La responsable de Uso Compasivo de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), Milena Peraita Ezcurra, ha defendido que el desarrollo y puesta a disposición de los pacientes de los fármacos contra la COVID-19 se ha hecho "lo más rápido posible" pero "sin perder en ningún momento la calidad, seguridad y eficacia necesarias".
"Que tenga que ser rápido no puede comprometer que sean de calidad, seguros y eficaces", ha explicado este lunes Peraita Ezcurra durante su intervención en el III Simposio del Observatorio de la Sanidad 'Mirando hacia el futuro del sistema sanitario', organizado por El Español.
La experta de la AEMPS ha resaltado la "colaboración muy estrecha" entre las compañías farmacéuticas y las agencias reguladoras para "acelerar todos los procesos, desde la investigación y el desarrollo hasta el suministro".
Así, ha señalado que "la mayoría de medicamentos contra la COVID-19 se han puesto al acceso de los pacientes antes de su autorización". "Se ha hecho lo antes posible. En cuanto se sabía que eran útiles para el tratamiento se han suministro gracias a la colaboración de todos los agentes implicados", ha esgrimido.
En cuanto a si debería haber un uso más amplio de los medicamentos contra la COVID-19, la responsable de la AEMPS ha recordado que las restricciones y los criterios de administración se han realizado con el objetivo de que lleguen primero a los pacientes que más los necesitan, es decir, los que tienen más riesgo de sufrir enfermedad grave.
"Se quiere asegurar que las personas que tienen mayor riesgo de evolucionar peor si no se les administran estos fármacos. Estos criterios de momento son necesarios para que lleguen a los pacientes que los necesitan", ha explicado.
Por su parte, el director médico de Sobi Iberia, José Luis Justicia Ruano, ha reconocido que "probablemente no era posible" que los fármacos llegaran antes a los pacientes, debido a que era "una situación extraordinaria, una enfermedad nueva y con un virus completamente desconocido".
"Recordaba a epidemias anteriores pero no sabíamos casi nada, ni cómo ni cuándo ni cuánto tratar a los pacientes que acudían por miles a Urgencias y que eran ingresados por cientos en las unidades de cuidados intensivos (UCI). Eso hizo muy difícil desarrollar fármacos", ha argumentado.
En otro sentido, tanto la responsable de la AEMPS como el director médico de Sobi Iberia han coincidido en que hubo formación a los médicos sobre estos nuevos fármacos al principio de la pandemia, aunque con dificultades.
"Los primeros meses fueron una locura, no sabíamos prácticamente nada. Recibíamos todos los días, a cualquier hora, solicitudes de información de todo tipo porque no sabíamos nada. Deprisa y corriendo, en pleno confinamiento, tuvimos que organizar más de 60 sesiones clínicas de formación, reuniones con sociedades científicas para explicar cómo se utilizaban los fármacos... Fue una labor extenuante", ha remachado el director médico de Sobi Iberia.
LOS CAMBIOS ESTRUCTURALES DE LA PANDEMIA
Ana López Casero, farmacéutica y miembro del comité directivo del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF), y Jesús García-Foncillas, vicepresidente de la Fundación ECO y director del Instituto Oncológico del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, han abordado cuáles han sido los cambios estructurales en el sistema sanitario que ha provocado la pandemia de COVID-19.
En primer lugar, la responsable del CGCOF ha resaltado que la pandemia ha traído un "cambio de percepción" de la profesión farmacéutica y de su "aportación de valor" tanto a los ciudadanos como al sistema sanitario.
"En esta pandemia, los farmacéuticos hemos sido muy productivos y hemos querido ayudar a descongestionar la atención sanitaria. Queremos ayudar a nuestros compañeros a que puedan desarrollar su trabajo de forma más eficiente", ha resaltado.
Igualmente, López Casero ha asegurado que la pandemia "ha aumentado la conciencia del rol asistencial del farmacéutico como un profesional sanitario que puede desarrollar servicios asistenciales de mucho valor".
Por su parte, García-Foncillas ha loado algunos de los aspectos positivos que ha traído la pandemia, como la generalización del servicio sanitario no presencial. "Aplicando tecnología que estaba pero no se utilizaba ahora tenemos un contacto directo con el paciente que nos sirve para que no venga al hospital, agilizar las consultas y optimizar recursos", ha apuntado.
De la misma forma, el experto ha lamentado que antes de la pandemia había "poca comunicación" entre los especialistas y la Atención Primaria y la farmacia comunitaria. "Hemos abierto vías para trabajar con ellas codo con codo porque tenemos que estar todos los agentes implicados al servicio del paciente", ha expuesto.
En la parte de la investigación, García-Foncillas ha indicado que la pandemia "ha enseñado que podemos plantearnos diseños de ensayos clínicos distintos, mucho más eficientes, con menos pacientes pero con significación estadística y en menos tiempo". "También podemos monitorizarles por vía telemática, algo restringido antes de la pandemia", ha detallado.
En último lugar, el experto ha apostillado que con la COVID-19 también se ha demostrado que las agencias reguladoras "pueden aprobar en tiempo récord fármacos o facilitar que mecanismos que llevan tiempo para su valoración se puedan acortar".
"Esto se traduce en que podemos tener antes fármacos con un beneficio muy amplio y un cambio paradigmático en la supervivencia de los pacientes", ha remachado.