MADRID 18 Feb. (EUROPA PRESS) -
La artrosis, en las distintas localizaciones, está influenciada por factores genéticos diferentes, por lo que la artrosis "no es una enfermedad hereditaria", tal y como han explicado los expertos que han participado este sábado en Barcelona en el 'II Simposio de Artrosis' de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
A juicio de los especialistas, no hay un patrón de herencia fijo como puede ser el caso de la hemofilia, "pero sí tiene un componente de riesgo genético" que, junto con otros factores, hace que aparezca con más facilidad "en los sujetos que tienen una historia familiar", sostiene el miembro del Servicio de Reumatología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela (La Coruña), el doctor Antonio González.
Para él, uno de los hallazgos más "sorprendentes" de los estudios genéticos y que todavía no se comprende bien es el hecho de que en una familia tienda a verse el mismo tipo de presentación, siendo ésta "artrosis de cadera, de mano o de rodilla". Esto se debe a que en los últimos años "se han ido identificando una decena de factores genéticos de susceptibilidad a la artrosis y otra decena que podrían confirmarse en breve", señala.
Además, se ha determinado "un factor genético asociado con la progresión de artrosis de cadera y algún factor que parece influenciar el dolor que percibe el paciente", subraya González. Estos avances "permitirán avanzar en el conocimiento de la artrosis, pero no sirven como biomarcadores, porque el efecto de cada uno de los factores es muy pequeño", expone.
LOS BIOMARCADORES GENÉTICOS AÚN NO SON UNA REALIDAD
Por ello, concluye que los biomarcadores genéticos en el ámbito de la artrosis en la actualidad "son todavía un objetivo, no una realidad". A su parecer, éstos son necesarios debido "al creciente peso que la artrosis tiene en la sociedad y en la vida de las personas que llegan a una edad avanzada con el deseo de mantenerse activos".
En concreto, explica que si hubiera biomarcadores de progresión acelerada, éstos "serían muy útiles para los ensayos clínicos de nuevos fármacos, ya que la lenta evolución de la enfermedad hace que tengan que incluir hasta dos años de seguimiento de cada paciente". Si se pudiera identificar a los pacientes con un mayor riesgo de progresión, "se podrían acortar los ensayos clínicos y facilitar el hallazgo de algún tratamiento para esta enfermedad", afirma González.
En la actualidad, y según el estudio 'Episer' de la SER, "la artrosis sintomática de rodilla tiene una prevalencia puntual del 10,2 por ciento y la de mano del 6,2 por ciento". Además, alrededor de la mitad de la población adulta de más de 50 años muestra signos radiológicos de artrosis de rodilla, aunque "es más frecuente en mujeres sobre todo a partir de 55 años", concluyen.