MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
La preeclampsia es uno de los síndromes obstétricos más serios y constituye la principal causa de mortalidad y morbilidad materna y neonatal en embarazadas. De hecho, tiene una incidencia de entre el 2 y el 7 por ciento de los embarazos.
En este sentido, durante el simposio 'Problemas de la mujer y el feto en el embarazo y post-parto', que organiza la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC), el presidente de la citada organización, Francisco Álvarez, ha explicado que la preeclampsia se puede clasificar como precoz y tardía, dependiendo de si se diagnostica antes o después de la semana 34 de gestación, respectivamente.
La primera de ellas, ha comentado, supone una complicación importante para el feto por su gran prematuridad y por tanto su inmadurez. "Por este motivo, es importante tener en cuenta que el neonato, si es viable, va a requerir unos cuidados especiales que exigen la existencia de una UCI pediátrica, es decir que es aconsejable que el parto se realice en un hospital de tercer nivel", ha recalcado.
En concreto, la preeclampsia se caracteriza y define por la aparición de hipertensión y proteinuria después de la semana 20 de gestación. Actualmente, el conocimiento limitado de su fisiopatología y etiología conlleva a que el único tratamiento efectivo sea el parto, que puede ocasionar una mortalidad y morbilidad neonatal elevada cuando tiene lugar antes de la semana 30 de gestación.
De hecho, la aspirina es el fármaco que se utiliza como tratamiento de prevención en el primer trimestre de la gestación. Su complicación más seria es que progrese a eclampsia, que puede provocar convulsiones, derrame cerebral, fallo renal, edema pulmonar, fallo hepático y coagulopatía.
CRIBADOS PRENATALES Y NEONATALES
Por otra parte, el experto ha destacado la importancia que tiene el diagnóstico prenatal y, especialmente, se hacer un seguimiento de los mismos, "conociendo la sensibilidad y los falsos positivos" con el fin de confirmar su "bondad o rechazo".
"Se debe tener en cuenta que si el programa está descentralizado, dada su heterogeneidad por la diversidad de profesionales implicados, es más necesario aún conocer la realidad de los resultados obtenidos por cada programa en concreto, ya que según la bibliografía todos tienen una sensibilidad muy elevada con una tasa de falsos positivos muy baja y en ocasiones, la realidad es muy diferente", ha apostillado.
Finalmente, el experto ha hecho alusión al cribado neonatal, que es la detección en los primeros días de vida de algunas enfermedades que son inicialmente de difícil diagnóstico clínico y que producen daños prevenibles con un adecuado tratamiento precoz.
Se trata, según ha informado, de casos "poco numerosos pero graves" y son niños que serán "absolutamente normales" aunque se convertirán en pacientes crónicos. Lo más común es que se sometan a una dieta o que reciban, como en el caso del hipotiroidismo congénito, un suplemento de la hormona que no pueden sintetizar.
"La situación actual de estos programas en España camina hacia su normalización y armonización, tras años de desigualdades entre las comunidades autónomas", ha apostillado, para recordar que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad está en vía de implantar dentro de la cartera básica de servicios una lista de enfermedades, siete en una primera fase, y diez en una segunda, que acerque las posiciones.
"De todas maneras, podemos decir que la situación es buena o muy buena para el 70 por ciento de los recién nacidos españoles pues son varias las comunidades, entre ellas las más pobladas, donde esta lista que incluye en torno a 20 enfermedades consigue que sus programas de cribado neonatal sean homologables a los de los países más avanzados de nuestro entorno social y económico", ha zanjado.