MADRID 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
El grupo parlamentario 'popular' ha registrado una proposición no de ley en la que reclama al Ejecutivo la promoción de medidas con las que impulsar un mejor tratamiento de la salud mental infanto-juvenil, para su debate en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Congreso.
Así, insta al Gobierno a realizar, en colaboración con las comunidades autónomas, un registro de los trastornos y enfermedades mentales, tipos, incidencia, entre otros puntos, con la finalidad de realizar estudios epidemiológicos y estadísticos, y dar las respuestas asistenciales más adecuadas.
Igualmente, quiere que el Ejecutivo cree, en coordinación con las diferentes administraciones, una serie de circuitos de actuación "bien definidos", que agilicen las exploraciones para un diagnóstico más rápido, permitiendo así una intervención precoz y especifica en los casos que se requiera.
Además, plantea la promoción de la consolidación de las unidades de salud mental infanto-juvenil como recurso preventivo, asistencial y rehabilitador, garantizando además la relación constante y fluida con las instituciones vinculadas con la infancia.
A su vez, quiere que el Gobierno elabore, en coordinación con las autonomías, un 'Plan de Salud Mental Infantil y Juvenil' que aborde las especificaciones propias de cada uno de los territorios, pero que garantice una correcta y eficaz atención en todas ellas.
SALUD MENTAL Y JÓVENES
Según argumentan los 'populares', la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud mental como "el estado de equilibrio, de completo bienestar físico, mental y social más allá de la ausencia de afecciones o enfermedades".
En su opinión, la salud mental permite además, en el caso concreto de los niños, un desarrollo social, cognitivo y corporal, así como la adaptación continua y satisfactoria al medio.
De hecho, pone de manifiesto el informe de UNICEF sobre el Estado Mundial de la Infancia (EMI 2011), que según indica, contiene datos "realmente preocupantes" en lo que a salud mental infantil y juvenil se refiere, pues estima que el 20 por ciento de los adolescentes de todo el mundo padece problemas mentales o de comportamiento, siendo la depresión la enfermedad más frecuente entre los jóvenes de 15 a 19 años.
Igualmente, sostiene que en España la situación no se aleja "por desgracia" de la realidad descrita por UNICEF, estimándose que entre un 10 y un 20 por ciento de los niños españoles sufren algún tipo de trastorno mental o del comportamiento, y que la cuantía de afectados aumentará en los próximos años.
"Debemos tener en cuenta que en los momentos actuales, los desequilibrios económicos, la inestabilidad familiar, los problemas de los padres por pérdidas del trabajo, la violencia intrafamiliar, la inquietud o la exclusión social, aumentan las consecuencias adversas y el riesgo de problemas de salud mental de nuestros niños y adolescentes", agrega.
En consecuencia, defiende que la salud mental infanto-juvenil supone un "importante reto" para el Sistema Nacional de Salud, teniendo repercusiones sociales de "muy hondo y largo recorrido", pues afecta tanto al propio niño -- privándole de un desarrollo sano --, como a sus familiares, que asisten desesperados y a menudo sin orientación a episodios desagradables que en muchos casos ponen en peligro su propia integridad física.