Los pacientes españoles con lumbalgia tienen menos miedo al dolor que los anglosajones y nórdicos, según un estudio

Actualizado: martes, 10 enero 2006 15:14

MADRID 10 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los pacientes españoles con lumbalgia tienen menos miedo al dolor que los anglosajones y nórdicos, según un los resultados de un estudio realizado por la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE) publicado por la revista científica 'Spine'.

El estudio, desarrollado por medio centenar de expertos procedentes de centros de atención primaria y hospitales públicos de siete comunidades autónomas, evalúa el miedo a las causas y consecuencias del dolor en pacientes con lumbalgia, aspecto que influye decisivamente en el grado de restricción de las actividades cotidianas (incapacidad).

En estos pacientes, la incapacidad -y no el dolor- es la principal responsable de la merma de calidad de vida y los costes sociales. En un país europeo, los costes que genera anualmente el dolor lumbar equivalen anualmente a entre el 1,7% y el 2,1% del PIB.

Según el estudio realizado por REIDE, los factores que afectan a la restricción de la actividad cotidiana en los pacientes españoles son distintos de los de anglosajones y nórdicos. Así, en éstos el dolor sólo explica el 14% de la incapacidad, mientras que el miedo explica el 32% y predice la evolución del grado de actividad.

Sin embargo, en los pacientes españoles el principal determinante de la incapacidad es el dolor, que explica el 33% de la restricción de la actividad, mientras que el miedo a sus causas y consecuencias sólo explica el 6%. Además, y a diferencia de lo que ocurre con los pacientes anglosajones, en los españoles el miedo no predice la evolución de la incapacidad, e influye menos de un 5% en la calidad de vida del paciente.

Esas diferencias, según los expertos, se deben a aspectos culturales, ya que la cultura mediterránea genera una 'actitud mental más sana' con relación a la restricción de la actividad por dolor de espalda que la cultura anglosajona. "Esto podría explicarse por la 'alegría de vivir', característica del entorno mediterráneo, que lleva a conceder una menor importancia al trabajo en la vida -en comparación al ocio o la vida personal-, y a confiar más en el apoyo familiar y social, y en los sistemas de protección social, para compensar las eventuales limitaciones laborales o económicas que conlleve el dolor de espalda", explican los autores del estudio.

"Las vivencias culturales no afectan a los mecanismos biológicos que desencadenan la aparición del dolor, pero sí a la repercusión que éste tiene en la vida diaria y a las estrategias utilizadas para afrontarlo o limitar su impacto en la calidad de vida", concluyen.