MADRID 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un estudio del Grupo de Tratamiento de Tumores Digestivos (TTD), coordinado por oncólogos del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y el Reina Sofía de Córdoba, va a utilizar de forma pionera un novedoso análisis de sangre para identificar la mejor pauta de tratamiento para los tumores colorrectales de peor pronóstico.
Así lo ha anunciado este martes el profesor Eduardo Díaz Rubio, jefe del Servicio de Oncología Médica del Clínico San Carlos, durante la jornada 'Nuevas estrategias contra el cáncer colorrectal avanzado. Rumbo a la cronificación' organizada por dicho grupo cooperativo de investigación, en colaboración con Roche.
El objetivo es que participen en dicho estudio 50 hospitales españoles y 750 pacientes con la enfermedad metastásica, que representa entre un 20 y 30 por ciento de todos estos tumores, y son los que presentan peor pronóstico al estar el tumor ya avanzado y no ser posible recurrir en estos casos a la cirugía.
Todos los pacientes, según ha explicado Díaz Rubio, se van a someter a una prueba para contabilizar el número de células tumorales circulantes (CTC) en sangre periférica, después de haberse comprobado que los niveles de este marcador permiten predecir el pronóstico de la enfermedad.
"Investigaciones previas han determinado que, a mayor número de estas células, peor evolución de la enfermedad", según ha reconocido el oncólogo Javier Sastre, compañero de Díaz Rubio en el Clínico San Carlos, una relación que además también se ha observado en otros tumores como los de mama o próstata.
De este modo, en aquellos pacientes que presenten más de tres CTC --considerados de peor pronóstico-- se probará con dos regímenes de quimioterapia distintos más el fármaco antiangiogénico bevacizumab, comercializado por Roche como 'Avastin', para "ver si se puede mejorar la supervivencia".
"Algunas quimioterapias no se había generalizado porque, aunque eran más eficaces, también presentaba más efectos secundarios", ha explicado este experto, que sugiere que "quizá en algún grupo concreto sí podría ser útil".
En aquellos pacientes con una cifra inferior a 3 se les determinará posteriormente el estado del gen K-RAS para ver si esta mutado o no. En estos, asimismo, también se analizará también si presentan mutación en los genes BRAF y PI3K, y recibirán igualmente una pauta de quimioterapia y un biológico, que podrá ser bevacizumab o cetuximab.
UNA TÉCNICA QUE EN ESPAÑA SÓLO SE USA EN ENSAYOS CLÍNICOS
La ventaja de la prueba que se va a utilizar para medir el CTC, según ha añadido el profesor Díaz Rubio, es que "no es nada incómoda", ya que el volumen de extracción es similar al de un análisis de sangre.
Dicha prueba está aprobada por la Agencia Americana del Medicamento (FDA, en sus siglas en inglés) pero, de momento, en España no está disponible fuera de ensayos clínicos ya que "está vinculada al campo de la investigación".
No obstante, Díaz Rubio confía en que pueda extenderse su uso para que el oncólogo pueda tener en cuenta el CTC "en la misma medida que cuenta con marcadores tumorales séricos, un escáner o una resonancia".
De hecho, "en España ya hay unos tres cuatro centros con esta máquina activa, y quizá haya algún otro que también la tenga, suficiente para poderse utilizar a nivel nacional", ha asegurado.
"Aunque comprarla y mantenerla es caro, entre los 100.000 y 200.000 euros, y necesita personal debidamente formado que debe dedicar porcentaje importante de precio, las determinaciones individuales están en alrededor de los 180 euros, más barato que lo que puede ser una resonancia o el PET-TAC", ha concluido este experto.