OMS: Un tercio de los países más pobres tiene problemas de desnutrición y obesidad

Beto, un niño con desnutricíon en el sur de Angola
Beto, un niño con desnutricíon en el sur de Angola - WORLD VISION - Archivo
Publicado: lunes, 16 diciembre 2019 10:34


MADRID, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -

Más de un tercio de los países de ingresos bajos y medios tienen problemas de malnutrición, es decir, desnutrición y obesidad, especialmente en África subsahariana, Asia meridional y Asia oriental y el Pacífico, según un informe liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado en la revista científica 'The Lancet'.

Las estimaciones de la OMS sugieren que casi 2.300 millones de niños y adultos tienen sobrepeso, y que más de 150 millones de niños sufren de retraso en el crecimiento. Los autores utilizaron datos de encuestas en países de ingresos bajos y medios en los años noventa y en la década de 2010 para estimar qué países se enfrentaban a una doble carga de malnutrición: es decir, más del 15 por ciento presenta emaciación (peso inferior al que corresponde a la estatura), más del 30 por ciento retraso en el crecimiento, más del 20 por ciento de las mujeres tenían delgadez y más del 20 por ciento sobrepeso.

En la década de 2010, 14 países con algunos de los ingresos más bajos del mundo habían desarrollado recientemente una doble carga de malnutrición, en comparación con los 90. Sin embargo, menos países de ingresos bajos y medios con ingresos más altos se vieron afectados que en la década anterior. Los autores apuntan que esto refleja la "creciente prevalencia del sobrepeso en los países más pobres, donde todavía hay retraso en el crecimiento, emaciación y delgadez".

"Nos enfrentamos a una nueva realidad nutricional. Ya no podemos caracterizar a los países de bajos ingresos como desnutridos, o de altos ingresos con problemas de obesidad. Todas las formas de desnutrición tienen un denominador común: sistemas alimentarios que no proporcionan a todas las personas dietas saludables, seguras, asequibles y sostenibles", ha comentado el director del Departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la OMS, Francesco Branca, autor principal del informe.

El organismo insiste en que las buenas dietas reducen el riesgo de desnutrición, ya que promueven el crecimiento saludable, el desarrollo y la inmunidad, y previenen la obesidad y las enfermedades no transmisibles (ENT). La OMS define una dieta saludable como leche materna durante los primeros dos años de vida; diversidad y abundancia de frutas y verduras, cereales integrales, fibra, nueces y semillas; cantidades moderadas de alimentos de origen animal; y mínimas de carnes procesadas, alimentos y bebidas con alto contenido energético, azúcar, grasas saturadas, grasas trans y sal.

Así, advierten de que la desnutrición en las primeras etapas de la vida, seguida de un sobrepeso a partir de la infancia, aumenta el riesgo de una serie de enfermedades no transmisibles, lo que convierte a la 'doble carga de la malnutrición' en un factor "clave" en diabetes tipo 2, hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiovasculares. "Los efectos negativos también pueden pasar de generación en generación. Por ejemplo, la obesidad materna aumenta la probabilidad de que el niño tenga obesidad si la madre estuvo desnutrida en sus primeros años de vida", alertan.

ADVIERTEN DE LA "DESAPARICIÓN" DE LOS MERCADOS DE ALIMENTOS FRESCOS

"La nueva realidad nutricional está impulsada por los cambios en el sistema alimentario, que han aumentado la disponibilidad de alimentos ultraprocesados relacionados con aumento de peso, al tiempo que afectan negativamente a las dietas de los lactantes y los niños en edad preescolar. Entre esos cambios, están la desaparición de los mercados de alimentos frescos y el control de la cadena alimentaria por parte de los supermercados y de las empresas globales de alimentación, 'catering' y agricultura en muchos países", señala otro de los autores, Barry Popkin, de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos).

El informe identifica un conjunto de acciones que previenen o reducen simultáneamente el riesgo de deficiencias nutricionales que conducen a emaciación, retraso en el crecimiento, obesidad o enfermedades no transmisibles. Por ejemplo, instan a mejorar la atención prenatal y la lactancia materna, o a poner en marcha nuevas políticas en el sistema agrícola y alimentario con el objetivo principal de impulsar dietas saludables.

Los autores del informe hacen un llamamiento a los gobiernos, las Naciones Unidas, la sociedad civil, los académicos, los medios de comunicación, los donantes y al sector privado para que aborden la 'doble carga de la malnutrición' e incorporen a nuevos actores, como las organizaciones de base, los agricultores y sus sindicatos, los líderes religiosos, los defensores de la salud pública, los alcaldes de las ciudades o las asociaciones de consumidores.