MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un nuevo informe en el que ha resaltado la necesidad urgente de políticas y legislación para satisfacer las necesidades de atención de salud mental de los refugiados y migrantes.
Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud Mental, la OMS ha publicado 'Salud mental de refugiados y migrantes: factores de riesgo y protección y acceso a la atención', un informe que describe la evidencia mundial más reciente sobre los principales factores que influyen en la salud mental de los refugiados y los migrantes y su acceso a la atención. Este es el quinto informe de la revisión global de evidencia sobre salud y migración (GEHM).
En este sentido, la OMS ha indicado que los refugiados y migrantes son particularmente vulnerables, ya que pueden estar expuestos a diversos factores y desafíos de estrés, que afectan su salud mental y su bienestar tanto durante sus viajes como a su llegada. La prevalencia de trastornos mentales comunes como la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) tiende a ser mayor entre los inmigrantes y refugiados que entre las poblaciones de acogida. Las niñas y mujeres en movimiento tienen un mayor riesgo de sufrir depresión y ansiedad.
"La buena salud mental y el bienestar son un derecho de todos, incluidos los refugiados y los migrantes. Este informe apoyará y fortalecerá las respuestas de los sistemas de salud a las necesidades de salud mental de refugiados y migrantes para que puedan recibir atención y apoyo de salud mental de calidad en formas que les resulten accesibles, aceptables y asequibles", ha explicado el director del Departamento de Salud y Migración de la OMS, Santino Severoni.
Sobre la base de las conclusiones, este GEHM propone una serie de medidas para que las consideren los gobiernos, los encargados de formular políticas y los directores de programas de los ministerios de salud y otros ministerios.
Una de estas medidas es la de promover la participación de refugiados y migrantes en la sociedad y reducir la discriminación mediante la adopción de políticas de salud mental que tengan en cuenta a los refugiados y migrantes.
Además, según el informe, se deben abordar los factores no médicos que impactan la salud mental en las políticas migratorias y priorizar las necesidades básicas, como alimentación, vivienda, seguridad y educación o empleo. Esto significa, por ejemplo, utilizar entornos distintos de los centros de detención para evaluar el estado de salud de los refugiados y migrantes.
La OMS también indica la necesidad de capacitar a los trabajadores de la salud para evaluar y tratar las condiciones de salud mental entre refugiados y migrantes y fortalecer la capacidad de otros profesionales relevantes (por ejemplo, funcionarios de migración, trabajadores sociales o maestros) para reconocer y apoyar a aquellos con condiciones de salud mental.
Así como ofrecer opciones sobre la prestación de servicios de salud mental, por ejemplo, la ubicación, el proveedor de servicios, la vía de derivación y el enfoque de tratamiento para que el acceso a la atención sea posible y aceptable.
La OMS también considera necesario salvaguardar los derechos humanos de todos los refugiados y migrantes, independientemente de su estatus legal, con políticas nacionales e internacionales y medidas de justicia penal que protejan a estas poblaciones de la discriminación y la violencia.
Por último, aconseja fortalecer la capacidad comunitaria y el acceso a la atención de salud mental proporcionando información sobre los servicios, interactuando con grupos de migrantes y ofreciendo vías de derivación basadas en la comunidad. Por ejemplo, la orientación sobre los servicios y derechos críticos a la llegada al país de destino será clave.
