MADRID, 16 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Organización Colegial Veterinaria (OCV) ha advertido de que las condiciones meteorológicas propias de los meses estivales, como el calor, favorecen el desarrollo de microorganismos de transmisión alimentaria que pueden alcanzar dosis infectante, hecho que puede terminar por provocar toxiinfecciones alimentarias como la salmonelosis o la campilobacteriosis.
De hecho, según han explicado desde la OCV, "si no se toman precauciones en los hogares, las altas temperaturas pueden poner en riesgo la seguridad alimentaria". "Con un correcto tratamiento de los alimentos por parte de los consumidores en sus domicilios, se podrían evitar más del 50 por ciento de las intoxicaciones alimentarias que se producen cada año", han asegurado.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año más de 23 millones de personas enferman en Europa por consumir alimentos contaminados, de las cuales fallecen cerca de 5.000, un número que aumenta exponencialmente en países en vías de desarrollo, donde los principales afectados son los niños.
"Los veterinarios realizamos una labor excepcional para garantizar que los alimentos llegan a cada uno de los hogares en perfecto estado, pero mantener esa seguridad y calidad en cada uno de ellos es una responsabilidad que compartimos con los consumidores", han afirmado.
A pesar de que España cuenta con uno de los mejores sistemas de seguridad alimentaria del mundo, regulado por la Unión Europea, desde la OCV han aconsejado que, para asegurar esta protección hasta el consumo de los alimentos, se apliquen los consejos de los profesionales en los hogares.
Una cuarta parte de las intoxicaciones alimentarias se deben a una inadecuada refrigeración. Las temperaturas idóneas para conservar los alimentos en frío son por debajo de los cinco grados centígrados (C) en el caso de las carnes y pescados y, entre cinco y ocho C el resto de alimentos. En el congelador, sin embargo, se recomienda mantener los productos por debajo de los -18 C.
Además, es fundamental respetar la fecha de caducidad de los productos, teniendo en cuenta que se aplica a los productos cerrados. Por tanto, una vez abiertos ni las condiciones de conservación ni la fecha límite son ya las mismas.
Asimismo, la OCV incide en la importancia de evitar ingerir alimentos crudos o mal cocinados, y extremar las precauciones para evitar contaminaciones cruzadas, no usar la misma tabla para diferentes alimentos ni otros utensilios como cuchillos durante la manipulación, sin olvidar la necesidad de cuidar al máximo la higiene de manos en todo momento.