MADRID 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
Ante próxima salida a consulta pública de la modificación legislativa de la ley antitabaco, en la cual el Ministerio de Sanidad ha anunciado que equipará el vapeo con el tabaco tradicional, Nofumadores.org insta a todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados a apoyar sin resquicios una regulación efectiva que proteja a la población más vulnerable, ya que "vapear también es fumar, y sus consecuencias ya están empezando a pasar factura".
En este sentido, destaca un estudio publicado el pasado 25 de junio en la publicación médica 'ACS Central Science', donde científicos del departamento de Toxicología Ambiental, Universidad de California (EEUU), analizó el ciclo de vida de varias marcas de vapeadores desechables, "y encontró niveles tan altos de metales pesados que uno de los investigadores llegó a pensar que su aparato de medición se había estropeado".
"Las concentraciones de algunos compuestos tóxicos de origen metálico se multiplicaban hasta en un mil por ciento conforme se iba degradando la resistencia que calienta los líquidos por el uso continuado del aparato", señalan.
"Hoy la ciencia empieza a desmontar que esas promesas eran humo, y los datos de todas las encuestas confirman que la industria del tabaco y la nicotina tiene como objetivo-diana a los preadolescentes como consumidores de vapers", señala Raquel Fernández Megina, presidenta de Nofumadores.org.
Los últimos informes del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) alertan de que la edad media de inicio del vapeo ha descendido hasta los 12 años, lo que supone una exposición temprana a la nicotina en niños que aún no han alcanzado la adolescencia Más del 54% de los adolescentes entre 14 y 18 años han probado el vapeo, mientras que entre los más jóvenes, un 25,2% de los niños de 12 a 13 años ya han usado cigarrillos electrónicos al menos una vez.
Ante esta situación, recuerdan que "los cigarrillos electrónicos no son inocuos", y "la idea, difundida por la industria del tabaco y la nicotina, de que son una opción "más saludable" que el tabaco ha calado entre los adolescentes y jóvenes adultos, pero los estudios recientes lo desmienten". "Estamos ante un problema de salud pública que necesita una respuesta legislativa valiente y urgente", concluyen.