Los neumólogos recuerdan que se producen "20 casos nuevos de tuberculosis en España por cada 100.000 habitantes"

Actualizado: jueves, 23 marzo 2006 13:43

MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -

El neumólogo y coordinador del área de tuberculosis de Neumomadrid, José Gallardo Carrasco, pidió hoy la puesta en marcha de un "programa nacional de control" contra esta enfermedad infecciosa de la que, apuntó, se producen alrededor "de 20 casos nuevos al año en España por cada 100.00 habitantes" a los que hay que sumar otros tantos que "no se declaran".

En la víspera de la celebración del Día Internacional contra la Tuberculosis, destacó que aunque España "sorprendentemente" es el último país del mundo desarrollado europeo, junto a Portugal, en número de enfermos con tuberculosis y en número de casos de coinfección con SIDA/VIH, se producen "alrededor de 20 casos nuevos por cada 100.000 habitantes al año".

"Teniendo en cuenta que según la Organización Mundial de la Salud en nuestro país un tercio de los casos no se declaran, probablemente estemos en los 30 casos, lo que es una tasa muya alta", explicó.

A este respecto, admitió que los mecanismos de control existentes han propiciado un descenso de los casos pese a que "desde hace mucho tiempo no ha habido conciencia política", por ello insistió en la necesidad de establecer un programa nacional, que será "vital", según dijo, para controlar todos los casos y la cadena de transmisión de la enfermedad.

"Contamos con buenos programas de control urbanos, como en Madrid y en Barcelona, y también a nivel regional como en Galicia, pero todavía quedan tasas importantes en la periferia de nuestras grandes ciudades, con 40 casos por cada 100.000 habitantes, frente a otros países europeos con buenos sistemas de control, con 9 casos por 100.000 habitantes. Todavía nos queda mucho para llegar a los índices de estos países", señaló.

TRANSMISION DE LA ENFERMEDAD

Preguntado por la forma de contagio, explicó que la vía de entrada única al organismo es a través de los pulmones, que quedan afectados en el 90 por ciento de los casos de desarrollo de la enfermedad, aunque depende de "los debilitados que estemos y de nuestro organismo adquirimos la infección o la enfermedad o ninguna de las dos cosas".

Aunque no todo organismo tiene la misma resistencia a esta infección suele provocarse cuando "lo inhalamos o respiramos en ambientes donde puede haber estado un enfermo que haya eliminado bacilos (a través de la tos, del habla, de la risa)".

"Los bacilos se mantienen suspendidos en el aire o en forma de gotitas y éstas a su vez pueden quedarse en el suelo de forma que, al barrer, vuelven a (suspenderse) en el aire que respiramos y vuelven otra vez a propagarse con la posibilidad de aspirarlo dándose las condiciones para contraer la enfermedad", aclaró.

ENFERMEDAD LIGADA A LA POBREZA

En cuanto a la forma de contagio, explicó que se trata de una enfermedad "aún no erradicada (...) crónica, infecciosa y contagiosa", que está "íntimamente ligada a la pobreza, al hacinamiento y a la mala higiene en general", lo que implica que en la actualidad afecta especialmente a los países con pocos recursos y menos desarrollados.

Sin embargo, apuntó que no es una enfermedad ni mucho menos erradicada en los países desarrollados donde existen los mejores mecanismos de control, como Holanda o Dinamarca. Así, puso como ejemplo Nueva York, donde a finales de la década de los años 80 se preveía que se acabaría con la enfermedad y no se consiguió en parte "por las nuevos movimientos migratorios y los vuelos internacionales que propician que esta enfermedad se propague de un país a otro".

TRATAMIENTOS

En cuanto a los tratamientos actuales, destacó que la tuberculosis se cura casi en el cien por cien de los casos porque cuenta con un buen programa de control para tratar esta patología pero necesita de la constancia del paciente.

"El tratamiento es curativo al cien por cien siempre que se cumplan dos premisas: que sea un tratamiento correctamente pautado, de entre tres o cuatro fármacos dependiendo de la resistencia, y de la adherencia al tratamiento por parte del enfermo", apuntó.

De esta forma con un tratamiento "prolongado de seis meses al menos de duración", el paciente puede comprobar como en un periodo de 10 días, máximo 15 días, "se encuentra perfectamente bien y ha desaparecido su sintomatología". "A partir de ahí conseguir que se mantenga este tratamiento es difícil por lo que se producen muchos abandonos (...) por ello, la única forma de que se pueda frenar la cadena es curar casos y seguir el tratamiento correcto", concluyó.