Las mujeres diagnosticadas de cáncer podrán tener hijos antes de someterse a quimioterapia

Actualizado: lunes, 7 julio 2008 22:22


MADRID, 7 Jul. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de investigadores ha demostrado por primera vez que se pueden estimular los ovarios de una mujer de forma que produzca óvulos para su extracción durante la fase final del ciclo menstrual. Este descubrimiento brinda a un mayor número de mujeres diagnosticadas de cáncer la posibilidad de tener un hijo --a través de reproducción asistida-- tras someterse a quimioterapia o radioterapia, técnicas que pueden dañar gravemente los ovarios a menudo de forma irreversible.

Según el estudio presentado hoy en Barcelona en la XXIV reunión anual de la Sociedad Europea de Embriología y Reproducción Humana, conforme a los protocolos convencionales, la estimulación ovárica sólo se inicia al principio del ciclo menstrual de la mujer (el día en que comienza la menstruación).

Por consiguiente, si el diagnóstico del cáncer se emite en cualquier otro momento del ciclo, puede ser que la mujer tenga que esperar hasta seis semanas para que se pueda proceder a la extracción de óvulos (u ovocitos) después de haberse sometido a la estimulación ovárica. "Pero para muchas mujeres, esperar seis semanas supone retrasar demasiado el inicio del tratamiento contra el cáncer", comentó el subdirector del Departamento de Endocrinología Ginecológica y Medicina Reproductiva de la Universidad de Heidelberg (Alemania), el doctor Michael von Wolff.

Dependiendo de en qué fase del ciclo menstrual se encuentre la mujer cuando se le diagnostica el cáncer, se puede tardar entre dos y seis semanas en iniciar la estimulación ovárica y extraer los ovocitos. Para muchas patologías, es "aceptable" un plazo de espera de dos semanas para iniciar un tratamiento del cáncer como la quimioterapia, pero entre tres y seis semanas es "demasiado tiempo".

UN PROCESO DE ESTIMULACIÓN DE DOS SEMANAS

Los investigadores llevaron a cabo un estudio piloto sobre 40 mujeres para comprobar si sería posible iniciar la estimulación ovárica durante la fase lútea (la fase del ciclo menstrual transcurrida entre la ovulación y el comienzo de la siguiente menstruación) sin administración previa de fármacos para detener dicha fase.

La estimulación ovárica comenzó en 28 pacientes cuando se hallaban en su fase proliferativa del ciclo (el periodo comprendido entre el comienzo de la menstruación y la ovulación) utilizando fármacos de estimulación corrientes (análogos de la hormona liberadora de gonadotropina, GnRH, gonadotropina menopáusica humana, HMG y la hormona estimulante de los folículos, FSH).

En las 12 mujeres de un segundo grupo, se inició la estimulación durante la fase lútea, utilizando antagonistas de la GnRH y la FSH recombinante (una forma sintética de la FSH) para acelerar el final de la fase lútea (luteólisis) y propiciar el desarrollo de nuevos folículos que contengan ovocitos.

"Hemos observado que el régimen de estimulación ovárica aplicado a las pacientes que se encontraban en la fase lútea consiguió provocar la finalización de la fase lútea y el reclutamiento de una nueva cohorte de folículos", explicó von Wolff. El número de ovocitos obtenidos tras la estimulación durante la fase lútea es "pequeño" pero no significativamente inferior al de los obtenidos tras la estimulación durante la fase proliferativa, explicó von Wolff.

No obstante, la calidad de los ovocitos es la misma en sendos grupos. Este estudio piloto demuestra por vez primera que se pueden obtener ovocitos maduros antes de la terapia del cáncer en un plazo de tiempo de dos semanas. "Este nuevo protocolo permitiría a las pacientes con cánceres como el cáncer de mama y el linfoma de Hodgkin beneficiarse de la estimulación ovárica y la extracción de ovocitos", dijo el doctor.

Esperar unas dos semanas a que se lleve a cabo este proceso antes de comenzar el tratamiento del cáncer es "aceptable" en la mayor parte de las pacientes y en las pacientes con cáncer de mama, esta técnica se puede combinar con el fármaco antiestrogénico 'letrozol'. Además, este protocolo permite la congelación y el almacenamiento tanto de tejido ovárico como de ovocitos, lo cual mejora las posibilidades de las mujeres de lograr el embarazo si el tratamiento contra el cáncer les provoca menopausia precoz.