La mayoría de los nuevos diagnósticos de hepatitis B crónica en España se detectan en población inmigrante

Actualizado: martes, 18 mayo 2010 20:48

El inmigrante con hepatitis B que vive en España es un varón joven que desconoce su condición de infectado, según experto

MADRID, 18 May. (EUROPA PRESS) -

La mayoría de los nuevos diagnósticos de hepatitis B crónica en España se detectan en población inmigrante, aunque esta tendencia se produce en el resto Europa, según el doctor José Antonio Pérez Molina, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, quien señala que es lógico teniendo en cuenta que en España se ha conseguido abortar la transmisión de la hepatitis B gracias a la vacunación, disponible desde hace 16 años aunque se implantó en unas comunidades antes que en otras.

"No obstante, la disponibilidad de la vacuna no debe hacernos olvidar que hay un grupo de españoles que puedan tener la infección aguda, personas mayores de 30 años que no están vacunados y que tienen relaciones de riesgo. En este grupo, al igual que en los inmigrantes que vienen de determinados países de Asia, África, Europa del Este y Suramérica, lo ideal es ofrecer la prueba y no esperar a la aparición de los síntomas. Cuando la hepatitis B se manifiesta es ya tarde", advierte.

El inmigrante con hepatitis B que vive en España es un varón joven que desconoce su condición de infectado. "La hepatitis B es entre 50 y 100 veces más contagiosa que el VIH. Sin embargo, mientras que casi todo el mundo ha oído o conoce algo del sida, la hepatitis B sigue siendo una gran desconocida para la mayoría. El desconocimiento es común a la mayoría de inmigrantes", asegura.

"Los inmigrantes que proceden de países latinoamericanos no tienen la barrera del idioma, pero están tan desinformados como el resto", destaca el doctor Pérez Molina. Según este experto, "en España, cerca de un 2-3 por ciento de los inmigrantes que proceden de Latinoamérica está infectado por el virus B de la hepatitis y suele afectar, sobre todo, a varones de entre 30 y 50 años".

Para el doctor Pérez Molina, es fundamental informar a este colectivo sobre los riesgos y la potencial gravedad de su enfermedad para que aprendan a no transmitir el virus, una vez se les ha diagnosticado.

"Es una responsabilidad no sólo con ellos mismos sino también con su entorno. Culturalmente los pacientes latinoamericanos son más cercanos y es más fácil hacerles llegar estos mensajes. Es esencial explicarles muy bien qué tienen y cómo va a evolucionar para que actúen en consecuencia. Saben que no hay cura en la mayoría de los casos, pero también que la infección evoluciona muy lentamente y que hay opciones de tratamiento para mantener a raya el proceso durante mucho tiempo", señala este experto.

No obstante, en España el riesgo más alto de estar infectado por el virus B de la hepatitis (VHB) se da en los inmigrantes chinos. Es precisamente, en este país asiático donde se encuentra la mayor prevalencia mundial de la infección, con aproximadamente entre un 5 y un 12 por ciento de su población afectada.

En este caso, el problema se agrava dado que la población china es, junto con la de África subsahariana, las que menos frecuentan la sanidad pública por falta de confianza en el sistema, por el uso de terapias alternativas, por no disponer de documentación o por el escaso nivel de concienciación sobre la enfermedad.

"En cualquier caso", matiza el especialista del Hospital Ramón y Cajal, "debe saberse que la gran mayoría de los inmigrantes que vienen a España son gente joven y sana, por lo que todas las pruebas recomendadas deben estar claramente justificadas".

500.000 PORTADORES DEL VIRUS

El verdadero inconveniente es, según el doctor Pérez Molina, la escasa sensibilización ante este problema de salud. "Hay un desconocimiento general ligado en buena media al hecho de que estamos ante una enfermedad que no cursa con síntomas específicos", señala.

Muchos casos los detectamos por casualidad, porque se hacen un análisis por otro motivo o bien porque la infección ha evolucionado y ya están enfermos. Inmigrantes y no inmigrantes, todos deberíamos conocer las vías de contagio y en caso de haber incurrido en alguna práctica de riesgo hacerse la prueba, único modo de confirmar el diagnóstico", añade este especialista.

Asimismo, según este experto, una de cada veinte personas infectadas se convierte en portadora del virus y puede infectar a otros sin desarrollar ningún signo de alerta. Por eso, como indica el doctor Pérez Molina, la principal barrera para el diagnóstico precoz es la falta de información y concienciación que existe en torno a esta enfermedad.

"Es esencial ser más proactivo a la hora de ofrecer la prueba a inmigrantes que vienen de países con incidencia alta pero también a españoles no vacunados que han tenido alguna conducta de riesgo. Hoy por hoy tenemos opciones de tratamiento que justifican un diagnóstico temprano porque se puede mejorar el pronóstico de la infección", añade con motivo del Día Mundial de la Hepatitis que se celebra mañana.

Sólo en Europa se infectan 14 millones de personas al año y fallecen 40.000, según datos del Grupo Español de Estudio de la Hepatitis B; mientras en España se estima que hay unos 500.000 portadores del virus, de los cuales unos 100.000 han desarrollado la enfermedad.