Expertos avisan de que el envejecimiento no produce insomnio y aseguran que este problema está asociado a comorbilidades y fármacos
MADRID, 12 Mar. (EUROPA PRESS) -
Prácticamente todos los pacientes con trastorno de conducta durante el sueño REM acabarán desarrollando Parkinson en los siguientes años. Un trastorno que, además, puede anticipar el diagnóstico de la enfermedad hasta 15 años, según ha explicado el coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), Hernando Pérez Díaz, con motivo del Día Mundial del Sueño, que se celebrará el próximo 15 de marzo.
De hecho, en estos enfermos la prevalencia de trastornos del sueño se estima entre 42 y 98 por ciento, aumentando la incidencia en los estadios avanzados de la enfermedad. Asimismo, aunque la somnolencia diurna era un síntoma "hasta hace poco considerado poco frecuente", los últimos datos apuntan a que afecta a entre el 15 y el 80 por ciento, frente al uno por ciento de la población general.
"Los pacientes que tienen un trastorno de conducta durante el sueño REM cambian el contenido de los sueños porque hay una afectación del sistema central que tiene que ver con las emociones, y se pierde atonía muscular, de tal manera que aquellos que tienen pesadillas tienen un riesgo de lesionarse ellos mismos o a la pareja. Esto, además, es uno de los grandes marcadores de la enfermedad del Parkinson", ha explicado.
Dicho esto, el especialista ha informado de que, también, los problemas de sueño pueden ser marcadores precoces del Alzheimer. Y es que, según han revelado algunos estudios polisomnográficos la alteración del sueño se produce en un 25 por ciento de estos enfermos, siendo el insomnio el síntoma más frecuente, el cual puede darse en "cualquiera" de las etapas de la enfermedad.
"Sabemos que los pacientes con Alzheimer duermen mal, se quejan de insomnio y parece ser que tienen una alteración de la fase del sueño profundo que es aquella que tiene que ver con la consolidación de la memoria. También tienen una baja eficiencia del sueño", ha comentado Pérez Díaz, para apostillar que, en este caso, estos trastornos no son unos marcadores objetivos de la presencia de la enfermedad porque "no se pueden distinguir de aquellos pacientes que tienen estos trastornos por otras alteraciones".
EL 20% DE LOS ANCIANOS PADECE APNEAS E HIPOPNEAS DEL SUEÑO
Por otra parte, el coordinador del Área del Sueño de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Nicolás González Mangado, ha informado de que el 20 por ciento de los ancianos padece el síndrome de apneas o hipopneas del sueño (SAHS).
Estos trastornos, según ha explicado, producen una alteración del sueño y, "lo que es más importante", pueden provocar un problema neuronal debido a la bajada de oxígeno en sangre que produce desaturaciones continuas. Un hecho que, a su entender, puede tener graves consecuencias.
En este sentido, los especialistas han hecho hincapié en la necesidad de prevenir estos trastornos del sueño en la población mayor y han recordado que aunque el ronquido y las apneas durante el sueño aumentan con la edad, es necesario tratarles también con presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) cuando aparecen síntomas secundarios o tienen un riesgo cardiovascular importante.
"A pesar de que es conocido que el número de trastornos respiratorios durante el sueño aumenta de forma fisiológica con la edad, por encima de cierto umbral es necesario su tratamiento con CPAP, dado que ya ha demostrado su efectividad", ha recalcado González Mangado.
Del mismo modo, el especialista ha informado de que el padecimiento de un SAHS grave no tratado produce un incremento en la morbimortalidad cardiovascular y un deteriodo de la calidad de vida y ha insistido en que el tratamiento con CPAP reduce este riesgo cardiovascular y "mejora la calidad de vida" de forma significativa.
EL ENVEJECIMIENTO NO AFECTA AL SUEÑO
Por su parte, la delegada de la World Association of Sleep Medicine (WASM) y representante de la Sociedad Española del Sueño (SES), Teresa Canet, ha comentado que las tres asociaciones van a celebrar este año el Día Mundial del Sueño con el lema 'Duerme bien, envejece sano', con el objetivo de conocer las "diferentes quejas" que tienen las personas mayores a la hora de poder conciliar el sueño.
Y es que, uno de cada dos pacientes padece problemas de sueño y, aunque muchos lo aceptan como una parte inevitable del envejecimiento, los expertos han asegurado que no forma parte del proceso natural sino que, por el contrario, es un efecto secundario de otras patologías. Así, el anciano sano no suele padecen insomnio.
Ahora bien, teniendo en cuenta que sólo el "10 por ciento" de las personas mayores tienen un buen estado de salud, es necesario que los especialistas incidan en la importancia que tiene conocer cuáles son las patologías o los fármacos que se suministran para las enfermedades que perjudican el sueño.
"A partir de los 60 años aumenta el número de despertares por la noche y disminuye el sueño profundo", ha señalado. Un hecho que, según diversos estudios, ha demostrado que produce una disminución de la memoria, empeora la calidad de vida, incrementa los síntomas de depresión y ansiedad, hace que los tiempos de reacción sean más lentos, y provoca un mayor riesgo de padecer hipertensión arterial, diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares.
De hecho, científicos de la Universidad de California (Berkeley, Estados Unidos) han publicado un estudio que demuestra, por primera vez, la conexión entre la falta de sueño, pérdida de memoria y deteriodo del cerebro a media que se envejece. Este descubrimiento abre una puerta a nuevos tratamientos dirigidos a aumentar el sueño profundo en personas mayores.
Asimismo, los expertos han advertido de que el 15 por ciento de los ancianos sufren también el síndrome de piernas inquietas, caracterizado por una sensación desagradable que aparece cuando el individuo está en reposo, sentado o tumbado y se alivia cuando se levanta y anda, siendo una de las consecuencias más importantes de incapacidad para conciliar el sueño.
TRATAMIENTOS CONTRA EL INSOMNIO
En este sentido, Canet ha explicado que no hay evidencia sistemática de que antihistamínicos, antidepresivos, antipsicóticos y tratamiento anticonvulsionante sean eficaces para el insomnio y ha asegurado que el tratamiento "más eficaz" es el cognitivo conductual en los insomnios de conciliación.
Esta terapia busca reeducar al paciente a dormir aunque, según ha apostillado, transitoriamente pueden usarse diversos fármacos, sobre todo antidepresivos, para facilitar el cumplimiento de la misma y ayudar a la conciliación del sueño. Sin embargo, ha apostillado, en el paciente anciano es más frecuente el insomnio de mantenimiento que se aborda con distintos tratamientos, a menudo farmacológicos, una vez excluidas causas secundarias como, por ejemplo, el dolor artrítico.
Dicho esto, la experta ha recomendado que, además del tratamiento farmacológico, se revise la actividad diaria porque puede influir en el sueño; se regularicen los horarios a la hora de levantarse y acostarse y, se pase tiempo al aire libre y al sol, preferiblemente por la tarde, o se realice el tratamiento de luminoterapia durante 30 minutos al día. Esto, ha zanjado, ayudará a prevenir la aparición de todos estos trastornos.