SEVILLA 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
La científica Margarita Salas ha asegurado este martes que "el conocimiento genético de las enfermedades va a permitir no sólo mejorar el diagnóstico, sino avanzar en la prevención y las terapias". Invitada por el Colegio de América, esta prestigiosa científica ha realizado en una charla en la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla un recorrido que ha comenzado a mediados del siglo XX, cuando se descubre que la herencia genética reside en el ADN, y que ha tenido como frontera el año 2050 con la proteómica.
Un momento en el que, según ha señalado, tendrá lugar "un gran salto en la medicina gracias al conocimiento y caracterización del mapa de proteínas a las que dan lugar los distintos genes". Aunque, para ello, se requerirá el trabajo de miles de investigadores de todo el mundo para llegar a conocer lo que hasta ahora se ha considerado como ADN basura, según ha informado la UPO en un anota.
"La diferencia en el genoma de una persona y de otra es solo de 0,01 por ciento, una cantidad muy pequeña pero que hace a cada individuo único", ha afirmado Margarita Salas al hablar de la importancia de la genómica en la medicina. Para esta científica, el avance tecnológico va a permitir pronto que secuenciar el ADN de un individuo pueda llegar a ser rutinario en los hospitales, algo que aportaría numerosos beneficios.
Uno de ellos, según ha señalado, es la clasificación de pacientes según los SNPs (polimorfismo de un solo neuclótido); un marcador capaz de revelar si un medicamento es efectivo o no en un paciente, siguiendo para ello la información obtenida a través de su perfil genético. "Esto nos acerca cada vez más la medicina personalizada", ha subrayado.
Otro de los retos de la biomedicina, según ha expuesto, es profundizar en el conocimiento del genoma de las enfermedades. "La mayoría de las enfermedades tienen una base genética, algunas son monogénicas y otras dependen de varios genes, además de factores ambientales", ha explicado la científica.
En este sentido, considera que "una vez identificada una enfermedad por la mutación de un gen, sobre todo monogénicas, se puede recurrir a la terapia génica". "Es de esperar que la tecnología avance lo suficiente para tener herramientas que permitan introducir un gen normal donde existe un gen alterado", ha afirmado Margarita Salas.
La asturiana Margarita Salas Falgueras es profesora vinculada ad honórem del Centro de Biología Molecular 'Severo Ochoa', organismo que dirigió hasta 1994. Discípula del Premio Nobel español Severo Ochoa, con quien trabajó en Estados Unidos, esta científica es una figura clave de la bioquímica y la biología molecular españolas.
Cuenta en su haber con más de 200 trabajos científicos publicados, entre los que destaca su investigación sobre la enzimología y sus trabajos sobre genética, centrándose en la manera en la que se transmite la información genética y en el ADN. Su carrera científica viene respaldada por numerosos galardones, como el Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal, siendo además miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y de la Real Academia Española.