Mantener el bronceado en el invierno usando rayos ultravioleta incrementa la posibilidad de padecer cáncer de piel

Actualizado: martes, 9 enero 2007 17:00

MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -

Mantener el bronceado durante el invierno mediante el uso de cabinas de rayos ultravioleta es peligroso, ya que incrementa la posibilidad de padecer cáncer cutáneo, informó hoy la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), que quiere hacer hincapié en que la piel debe cuidarse adecuadamente también en invierno.

En la actualidad, los dermatólogos y otros especialistas han conseguido concienciar a la mayor parte de la sociedad de la importancia de cuidar y proteger la piel del sol en verano. Ahora, la AEDV se encuentra con una nueva tarea: conseguir que la gente entienda que estos cuidados deben realizarse también en invierno y no permitir que la piel deje de ser importante en los meses de frío.

Con respecto al problema del cáncer cutáneo, la AEDV quiere destacar que éste no es sólo consecuencia de una exposición al sol en verano, sino que es resultado de una agresión continua de radiaciones. El vicepresidente de la AEDV, el profesor José Carlos Moreno Giménez, explicó que "es cierto que la potencia solar es menor en invierno pero, aún así, las personas siguen recibiendo pequeñas cantidades de radiación que, acumuladas día a día, determinan una cifra total importante a la que hay que sumar las que se reciben en verano".

El presidente de la AEDV, el profesor Julián Conejo-Mir manifestó que "la exposición solar propia de los deportes de invierno supone, además del peligro intrínseco para la piel, un riesgo porque potencian los daños ocasionados durante el verano". "Por lo tanto --añadió--, es muy importante y necesario mantener una fotoprotección, aunque ésta no sea tan intensa como en verano. Es recomendable la utilización de una crema hidratante con protección solar factor 15 para hidratar la piel y evitar el fotoenvejecimiento producido por el sol, así como barras labiales de alta protección en deportes al aire libre".

El profesor Moreno subrayó que "existe la falsa opinión de que si mantenemos el bronceado mediante el uso de cabinas de rayos ultravioleta, tendremos una mayor defensa frente a los rayos solares". "Esta práctica --según este especialista-- es altamente peligrosa, ya que se ha demostrado que incrementa la posibilidad de padecer cáncer cutáneo en aquellos usuarios que se someten a este tipo de técnicas".

Asimismo, los expertos señalaron que existen numerosos factores, propios del invierno, que hacen que la piel sufra y que pueden incrementar el riesgo de padecer ciertas enfermedades producidas por el frío. Por este motivo, explicaron que es recomendable cuidar la piel durante todo el año, sobre todo cuando las condiciones climatológicas son adversas.

"En líneas generales, la piel sufre menos agresiones en invierno que en verano", comentó el profesor Conejo-Mir. "Nuestra piel --añadió-- se adapta al medio ambiente continuamente. En verano la piel debe contrarrestar el mayor agresivo con el que nos enfrentamos: el sol; mientras que en invierno se debe adaptar al frío y la humedad".

USAR LOS COSMÉTICOS ADECUADOS

Este especialista señaló también que "la falta de manto lipídico en invierno nos va a producir sequedad en manos, extremidades y caderas. Además, los cosméticos deben ser específicos para el invierno, aportando los nutrientes adecuados, como son las lociones emolientes y jabones con aceite de oliva. No debemos lavarnos con gel de baño excesivamente. Si la piel esta seca, es mejor ducharse cada dos días".

La AEDV insistió también en que, en algunos deportes propios del invierno, como el esquí, hay que cuidar especialmente la piel. "Es necesario protegerla del frío, ya que se pueden producir importantes quemaduras por congelación y del sol, ya que la incidencia solar incrementa considerablemente por la exposición directa y por el reflejo del sol en la superficie nevada", expuso el profesor Conejo-Mir.

En otro sentido, los dermatólogos manifestaron que perciben durante el invierno en sus consultas un aumento de las enfermedades derivadas de la exposición al frío, como los sabañones, pero también incrementan otras como la dermatitis atópica, la psoriasis o el acné, que mejoran en verano con la exposición solar y que se reactivan en esta época. Además, durante esta estación aumentan los trastornos derivados de las alteraciones circulatorias, ya que el frío causa una contracción de los vasos. "Por ello, las personas con trastornos en la circulación tienen que aumentar la protección frente a la bajada de temperaturas", comentó el profesor Moreno.

"Los pacientes con dermatitis atópica --añadió-- sufren también las consecuencias del empleo de ropa de abrigo ya que, por una parte, no toleran bien el calor y, por otra, el uso de fibras sobre la piel puede desencadenar crisis de picor y aumentar, de este modo, los brotes de la enfermedad". "Otro proceso, propio de la piel y de consulta habitual, que se desarrolla en mayor medida en otoño y en invierno es la caída del cabello. Pero este es un proceso que se controla espontáneamente y que, por regla general, a lo largo del invierno se soluciona", informó el profesor Moreno.

Por último, los especialistas destacaron que proteger a los niños del sol también en invierno es fundamental, ya que éstos son particularmente sensibles a los cambios y rigores de esta época del año. "De nuestro comportamiento con nuestros hijos en esta etapa de la vida va a depender el posterior desarrollo de cáncer cutáneo", concluyó el profesor Moreno.