MADRID 4 Feb. (EUROPA PRESS) -
La mala salud mental conduce a comportamientos poco saludables, como beber en exceso, fumar y consumir drogas, en los adultos de bajos ingresos y no al revés, según un nuevo estudio realizado por la doctora Jennifer Walsh y sus colegas de los Centros de Medicina del Comportamiento y Preventiva del Hospital Miriam en Estados Unidos y publicado en la revista 'Translational Behavioral Medicine'.
En esta investigación, el estrés y la ansiedad predice posteriores comportamientos que comprometen la salud, como fumar, beber en exceso, el uso ilegal de drogas, relaciones sexuales sin protección y las dietas poco saludables. La posible explicación que dan los autores a estos resultados es que los comportamientos de salud comprometedores pueden ser utilizados como mecanismos de afrontamiento para manejar los efectos del estrés y la ansiedad.
Walsh y su equipo exploraron la relación entre los comportamientos que comprometen la salud y la salud mental en el contexto de desventaja socioeconómica para determinar si los problemas de salud mental provocan posteriores comportamientos no saludables o si estos conducen a problemas de salud mental.
En el estudio participaron 482 adultos que reciben atención en una clínica de infección de transmisión sexual, a los que se les pidió que completaran una entrevista al comienzo del estudio y luego a los tres, seis, nueve y 12 años. Los investigadores evaluaron una serie de comportamientos: el consumo de sustancias (excesivo de alcohol, tabaquismo, drogas ilegales), el ejercicio, así como los comportamientos sexuales, alimentarios y del sueño, y midieron los niveles de ansiedad, depresión y estrés.
Comprometer la salud con diversos comportamientos, incluyendo el uso de sustancias, el sexo sin protección, la mala alimentación y el sueño insuficiente o excesivo, era común entre los pacientes que acudían a la clínica. Los participantes en el estudio con muy bajos ingresos registraron un mayor número de acciones contra la salud, así como más síntomas de depresión y ansiedad y mayores niveles de estrés en comparación con los de mayores ingresos.
Los autores encontraron que los síntomas de depresión y ansiedad, así como el estrés percibido, predijeron posteriores niveles de comportamientos poco saludables, cuando se tomaron en cuenta el estatus socioeconómico y los comportamientos anteriores. Por el contrario, las conductas no saludables no predijeron la salud mental posterior, por lo que estos resultados muestran que los comportamientos no saludables siguen a la depresión, la ansiedad y el estrés en vez de dar lugar a ellos.