MADRID 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
La incorporación de las mujeres al mundo laboral y el aumento en la esperanza de vida no van acompañados de una buena salud en la población femenina. Así lo ha asegurado la doctora Esther Redondo, coordinadora del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas de SEMERGEN, durante la celebración de la mesa redonda 'Mujer y salud', enmarcada en el 33º Congreso Nacional de SEMERGEN, que se celebra en Oviedo.
"Es un hecho que, actualmente, las mujeres viven más, pero esta mayor longevidad viene acompañada de discapacidad y mala salud, y además, el inicio de esta mala calidad de vida se produce en un edad más temprana que en el caso de los hombres. Por ello, es necesario entender las condiciones de vida de las mujeres de nuestro tiempo, las cuales asumen un doble rol, el de madre y el de profesional. Cuentan con poco tiempo propio, deben cambiar sus hábitos alimentarios y sociales, lo que genera una morbilidad y mortalidad de un perfil distinto al habitual durante siglos", ha explicado.
Esta situación la atribuye la experta tanto a las diferencias sociales como a la forma en que se estructuran las organizaciones y los programas de salud y que produce efectos perjudiciales en la salud de millones de mujeres de todas las edades.
Las desigualdades entre hombres y mujeres influyen en la salud de éstas de varias maneras: pautas de alimentación discriminatorias, violencia contra las mujeres, falta en el poder de decisión, reparto desigual del trabajo y el tiempo libre. "El origen de estas desigualdades es social y por tanto, puede modificarse. Estas desigualdades sólo pueden abordarse cuando se hacen visibles. Los efectos intergeneracionales de las desigualdades entre los sexos hacen que sea realmente necesario actuar ahora para mejorar la equidad de género y reducir las desigualdades en salud", ha indicado la doctora.
LAS JÓVENES COMIENZAN A TENER RELACIONES SEXUALES ANTES
El doctor Josep María Lailla i Vicent ha hablado, por otra parte, sobre la salud sexual y reproductiva en la mujer joven en España. Ha destacado algunos datos como el adelanto en el inicio de las relaciones sexuales. Además de haber aumentado el número de relaciones con parejas distintas, el porcentaje de aquellas que comienzan a tener relaciones sexuales antes de los 17 años se ha multiplicado por doce.
El porcentaje de aquellos que han iniciado la actividad sexual antes de los 17 años se ha multiplicado por 12.
Los expertos han insistido en la necesidad de mejorar la educación sexual ya desde los primeros años de vida y facilitar el acceso de la juventud a los métodos de orientación familiar. "En muchas ocasiones, el propio personal sanitario está poco sensibilizado a la hora de tratar estos temas", ha comentado la doctora Esther Redondo.
LA MORBILIDAD DIFERENCIAL, UNA ASIGNATURA PENDIENTE
La morbilidad diferencial se entiende como el conjunto de enfermedades, motivos de consulta o factores de riesgo que merecen una atención específica hacia las mujeres, bien porque dichos problemas sólo se puedan presentar en ellas o porque sean mucho más frecuentes en el sexo femenino.
"La formación actual de los profesionales sanitarios no ha sido enfocada hacia las patologías con más prevalencia en las mujeres, ni se dispone de una ciencia sistematizada para apreciar la diferente expresión de la sintomatología de algunas enfermedades según el sexo de la persona", ha señalado la doctora Carme Valls, directora del Programa Mujer, Salud y Calidad de Vida del Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS), Barcelona.
"Al carecer de una formación y docencia específicas, y mantener en el inconsciente los estereotipos de género, es fácil que los síntomas y patologías más prevalentes ente mujeres hayan permanecido invisibles, sus demandas, síntomas y problemas se hayan considerado inferiores y poco importantes, y sus repetidas solicitudes de ayuda por estar cansadas o sentir dolor, se han intentado controlar con psicofármacos o con todo tipo de analgésicos sin entender las causas de los síntomas que presenta", ha añadido.
LA ATENCIÓN PRIMARIA, CLAVE EN LA PREVENCIÓN
"La medicina de Atención Primaria (AP) constituye el primer frente de prevención en salud, por lo que, desde él, también debemos afrontar los nuevos retos de nuestro tiempo en lo que a la salud de la mujer en la actualidad se refiere", ha informado la doctora Esther Redondo.
Sin embargo, según un estudio reciente del Grupo de Trabajo de Actividades Preventivas de SEMERGEN, "la percepción que el médico de AP tiene sobre las actividades preventivas que lleva a cabo en la población femenina de su consulta, no se corresponde con la percepción que la mujer tiene sobre las mismas. En este sentido, dichas actividades no tienen la efectividad esperada, ni se traducen en un impacto adecuado en la población femenina", ha comentado el doctor Jesús Iturralde, miembro del Grupo.
En este sentido, los especialistas han puesto de manifiesto que es preciso transmitir mensajes preventivos a las mujeres, consensuados entre los profesionales sanitarios implicados en la prevención de su enfermedad, como son los médicos de familia, especialistas y personal de enfermería.
LA VIOLENCIA DOMÉSTICA, UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
Una de las principales conclusiones que los expertos han extraído de la mesa redonda 'Mujer y salud' ha sido la importancia de concienciar a la sociedad y a los profesionales sanitarios, además de indicar que este problema ha de considerarse de salud pública para poder ser enfocado y abordado como tal.
De hecho, el profesional de Atención Primaria es fundamental para apoyar y ayudar a las víctimas a la hora de reconocer el maltrato y denunciarlo, pues, actualmente, el tiempo medio de denuncia por parte de la víctima se sitúa entre los cinco y seis años. Además, sólo el 40 por ciento de las mujeres agredidas que acude a una consulta reconoce que ha sido maltratada.