Logran revertir los síntomas del síndrome de Rett gracias a la terapia génica

Actualizado: miércoles, 21 agosto 2013 10:50


MADRID, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -

Una nueva investigación publicada este martes en la revista 'Journal of Neuroscience' sugiere que la posibilidad de ofrecer un gen sano para compensar uno mutado, es decir, la terapia génica, puede llegar a ser una opción viable para tratar el síndrome de Rett, el más incapacitante de los trastornos del espectro autista. Sus autores lograron revertir parte de los síntomas de esta patología en ratones al utilizar un virus para administrar genes saludables.

En 2007, el investigador Adrian Bird, de la Universidad de Edimburgo, en Escocia, sorprendió a la comunidad científica con la prueba de concepto de que Rett es una enfermedad curable, al haber detectado síntomas de marcha atrás en ratones adultos. Sus inesperados resultados catalizaron laboratorios de todo el mundo para conseguir una gran cantidad de estrategias para ampliar los resultados preclínicos para las personas.

El estudio de ahora, liderado por Gail Mandel, investigador en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Oregón, en Estados Unidos, es el primero en demostrar la reversión de los síntomas en ratones completamente sintomáticos utilizando técnicas de terapia génica que tienen potencial para la aplicación clínica. El 'Rett Syndrome Research Trust', con el generoso apoyo del 'Rett Syndrome Research Trust' de Reino Unido y la Fundación de Investigación y Tratamiento del Síndrome de Rett, financiaron este trabajo a través del Consorcio MECP2.

El Síndrome de Rett es un trastorno neurológico ligado al cromosoma X que afecta principalmente a las niñas; en Estados Unidos, aproximadamente 1 de cada 10.000 niños al año nacen con esta patología. En la mayoría de los casos los síntomas comienzan a manifestarse entre los seis y los 18 meses de edad. La regresión que sigue se caracteriza por la pérdida del habla, la movilidad y el uso funcional de la mano, que es a menudo sustituida por gestos que son la firma de la enfermedad: apretones de manos.

Otros síntomas son convulsiones, temblores, problemas ortopédicos y digestivos, trastornos respiratorios y otras alteraciones autonómicas, problemas sensoriales y ansiedad. La mayoría de los niños llegan a la edad adulta, por lo que requieren cuidados durante todo el día.

La causa de los síntomas del síndrome de Rett se encuentra en las mutaciones de un gen ligado al cromosoma X llamado MECP2, un gen maestro que regula la actividad de muchos otros genes, apagándolos o encendiéndolos. "La terapia génica es muy adecuada para este trastorno --explica el doctor Mandel explica--. Como MECP2 se une al ADN en el genoma, no hay un único gen actualmente al que se pueda señalar y ser el blanco de una droga".

Según este investigador, la mejor oportunidad de producir un impacto importante en el trastorno es corregir el defecto subyacente en la mayor cantidad de células posible a lo largo de el cuerpo. "La terapia génica nos permite hacerlo", subraya el doctor Mandel.

Genes saludables pueden entregarse a las células a bordo de un virus, que actúe como un caballo de Troya. El doctor Mandel usó el virus adeno asociado serotipo 9 (AAV9), que tiene una capacidad inusual y atractivo para cruzar la barrera sangre-cerebro, permitiendo su administración y la de su carga por vía intravenosa, en lugar de emplear sistemas de entrega directa del cerebro más invasivos que requieren taladrar orificios en el cráneo.

Debido a que el virus tiene espacio de carga limitada, no se puede llevar a todo el gen MECP2. El coautor Brian Kaspar, del Hospital Infantil Nationwide, en Columbus, Ohio, Estados Unidos, colaboró con Mandel para empaquetar sólo los segmentos más importantes de la genética. Después de ser inyectado en los ratones con Rett, el virus se dirigió a las células de todo el cuerpo y el cerebro y distribujó el gen modificado, que luego comenzó a producir la proteína MeCP2.

Al igual que en las hembras humanas con el síndrome de Rett, sólo aproximadamente el 50 por ciento de las células de ratón tiene una copia sana del gen MECP2. Después del tratamiento con terapia génica, el 65 por ciento de las células tenía un gen MECP2 en funcionamiento.

Los ratones tratados mostraron profundas mejoras en la función motora, los temblores, las convulsiones y juntando las extremidades posteriores y, a nivel celular, el tamaño corporal más pequeño de las neuronas observadas en las células mutantes se restauró a su nivel normal. Además, experimentos bioquímicos demostraron que el gen estaba en los núcleos de las células y que funcionó como se esperaba, uniéndose al ADN.

Un síntoma de Rett que no se logró mejorar fue la respiración anormal. Los científicos plantean la hipótesis de que la corrección de esto puede requerir dirigirse a un mayor número de células que el 15 por ciento que se había logrado en el tronco cerebral.

Uno de los desafíos potenciales de la terapia génica en Rett es la posibilidad de entregar múltiples copias del gen a una célula. Sabemos por el síndrome que duplica MECP2 que demasiada cantidad de esta proteína es perjudicial. "Nuestros resultados muestran que después del tratamiento de terapia génica se estaba expresando la cantidad correcta de proteínas MECP2. Al menos en nuestras manos, con estos métodos, la sobreexpresión de MECP2 no era un problema", dijo el coautor Daniel Lioy.

Sus colaboradores Hélène Cheval y Adrian Bird ven esto como una prometedora continuación del trabajo de 2007 que muestra reversión de síntomas en ratones Rett: "Ese estudio utilizó trucos genéticos que no pueden ser directamente aplicables a los seres humanos, pero el vector AAV9 utilizado aquí podría, en principio, administrar un gen terapéutico. Este es un importante paso adelante, pero hay un camino que recorrer".