MADRID, 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Igualdad Irene Montero ha reconocido este lunes que las instituciones no estuvieron "a la altura" con las víctimas del VIH y sus familias y, por ello, ha pedido perdón a esas "decenas de miles de víctimas mortales cuya cifra no paró de no crecer hasta 1996", a quienes "la solución médica no llegó a tiempo", a los "viudos que no vieron reconocidos sus derechos" y a "quienes vivieron su seropositividad con miedo a nos ser reconocidos".
"Nos toca como instituciones, nos toca como Gobierno pediros perdón y agradeceros vuestra resistencia, vuestra lucha y movilización para lograr esos recursos que se os negaron, vuestra valentía para visibilizaros y así, poco a poco, ir desgarrando ese estigma doloroso e implacable", ha declarado.
La ministra ha inaugurado con este discurso el acto 'Acción=vida. 40 años de supervivencia y activismo LGTBI frente al VIH', organizado por el Ministerio de Igualdad por el 40 aniversario del primer diagnóstico de VIH en España, en octubre de 1981.
En su intervención, Montero ha recordado el "silencio" de las instituciones y "durante demasiado tiempo" sobre este virus. Según ha relatado, las "políticas públicas de salud de contaminaros del prejuicio" y no estuvieron "a la altura" para "frenar" esta situación que, según ha indicado, se "cobró más víctimas de las que hubieran debido ser".
ASOCIACIONES LGTBI
"Si todas las administraciones hubieran estado a la altura, si no se hubiera marginados y estigmatizado a tantas y tantas personas, habríamos salvado muchas más vidas", ha insistido Montero.
En este sentido, ha puesto en valor el trabajo de las asociaciones LGTBI en una época en la que apenas había pasado tiempo desde "la despenalización de la homosexualidad", a pocos años de tener "una Constitución que reconocía la igualdad como derecho inalienable", y cuando "el delito de escándalo público aún pesaba" sobre la visibilización del colectivo.
Según ha señalado, mientras los poderes públicos "dejaron el sufrimiento sin soluciones" y "sin un mínimo de consuelo", y "sin acompañamiento" de las víctimas y sus familias, las asociaciones LGTBI hicieron "comunidad" y dedicaron sus esfuerzos en "salvar a los suyos" o "acompañarlos" en la muerte.