VALENCIA 6 Ago. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Instituto de Investigación Sanitaria (Incliva), en colaboración con la Universidad de Queensland en Brisbane, Australia, han concluido en un estudio que la mutación E318K en el gen MITF activador de la producción de la melanina --pigmento que protege la piel de los rayos solares-- y el número de nevus --proliferaciones de células pigmentadas presentes en la piel similares a los lunares--, son un factor de riesgo en el melanoma.
En el estudio han participado la doctora Gloria Ribas, investigadora del Instituto de Investigación del Clínico y directora del proyecto en España, y la doctora Maider Ibarrola, quién durante su estancia en Australia el pasado año sentó la bases de esta colaboración. Los resultados del trabajo se publicaron el mes pasado en la revista Journal Investigative Dermatology, según informa la Generalitat.
El proyecto se inició en 2009 en el seno de una familia australiana a la que se le detectó la existencia de la alteración genética E318K en el gen MITF y cuyo mal funcionamiento podría predisponer al melanoma. La investigación desarrollada por los científicos valencianos y australianos tenía por objetivo analizar la relevancia de esta alteración, tanto en la población general como en los enfermos de melanoma.
Para ello se contó con la participación de 300 pacientes, clasificándolos en función de su fenotipo: pigmentación de la piel, color de ojos y pelo, quemaduras en la infancia y los antecedentes personales y familiares de melanomas.
El estudio concluyó que entre la población general, menos del dos por ciento tiene este gen alterado; y dentro de este porcentaje, el riesgo de desarrollar un melanoma se eleva al 33 por ciento. La investigación también confirmó que el número de nevus melanocíticos --que son proliferaciones de células pigmentadas presentes en la piel similares a los lunares-- es un factor de riesgo en el desarrollo del melanoma.
FENOTIPO MÁS OSCURO
La doctora Ibarrola ha indicado que el porcentaje de personas con este gen alterado aumentaría en los casos de los fototipos I y II, tipo nórdico, caracterizados por piel muy clara y con dificultad para broncearse. "No es el caso de España, donde tenemos mayoritariamente un fenotipo más oscuro", ha puntualizado.
Por su parte, la doctora Ribas ha explicado que es "extremadamente importante" ser conscientes de la relevancia de las manchas en la piel. En España, donde el sol brilla más de 300 días al año, "debemos ser especialmente cuidadosos, protegiéndonos y acudiendo al médico periódicamente. Detectado precozmente el melanoma se cura el 100 por cien de las veces, sin embargo, un diagnostico tardío puede ser letal", ha advertido.
La incidencia del cáncer de piel se triplica cada década, y una de cada seis personas acabarán padeciendo un cáncer cutáneo a lo largo de su vida. En los últimos años, la incidencia ha aumentado un 38 por ciento, casi un 10 por ciento de media por año.