Informan de las ventajas y motivaciones detrás del uso incierto de la braquiterapia en el cáncer de mama

Actualizado: lunes, 19 diciembre 2011 10:20


MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -

La irradiación acelerada parcial del seno utilizando braquiterapia (APBIb, por sus siglas en inglés) para el tratamiento del cáncer de mama ha aumentado rápidamente en los últimos años en los Estados Unidos como alternativa a la irradiación completa de mama (WBI, pos sus siglas en inglés), según un estudio publicado en el 'Journal of the National Cancer Institute'.

Los distintos tipos de APBI (radioterapia de haz externo, radioterapia intraoperatoria, braquiterapia intersticial con múltiples catéteres, o braquiterapia con balón intracavitario) administran radiación al tejido mamario con más riesgo de recurrencia.

Las ventajas de estas técnicas incluyen una disminución del tiempo de tratamiento y una menor radiación de las partes no afectadas de la mama y otros tejidos; pero, por otro lado, las desventajas de la APBI incluyen la posibilidad de que las células tumorales que no se encuentren en la mama se queden sin tratar, lo que podría conducir a un aumento de la recidiva local.

Debido a las limitaciones potenciales de la APBI, en 2009, la Sociedad Americana de Oncología Radioterápica (ASTRO, por sus siglas en inglés) convocó a un grupo de expertos en cáncer de mama para desarrollar criterios para el uso de APBI fuera de protocolo. Se propusieron, entonces, tres grupos de adecuación para la APBI: adecuado, con precaución e inadecuado, y basado en las características del paciente y los factores clínicos.

Debido a la creciente popularidad de la APBIb en particular, Jona Hattangadi, del Departamento de Radiación Oncológica del Hospital Brigham and Women y de la Harvard Medical School, en Boston, y sus colaboradores, realizaron un análisis retrospectivo utilizando la base de datos Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales (SEER, por sus siglas en inglés), concretamente, datos de mujeres que habían recibido APBIb o WBI entre 2000 y 2007. Los investigadores clasificaron el tratamiento de 138.815 mujeres como "adecuado", "con precaución", o "no apto".

Los científicos observaron que en 3.576 de las 138.815 pacientes que habían recibido APBIb: el tratamiento, en un 32% fue considerado apto, en un 29,6% con reservas, y en un 36,2% no apto. El uso general de APBIb aumentó de un 0,4% en 2000 al 6,6% en 2007.

Los resultados también muestran que hubo una amplia gama de patrones de utilización en los Estados Unidos según regiones geográficas específicas, donde se hace un mayor uso de la APBIb a pesar de los factores clínicos. También hubo importantes disparidades raciales y étnicas con respecto al uso APBIb; las mujeres blancas son más propensas a recibir este tratamiento que las mujeres negras.

Por otro lado, las mujeres que viven en las ciudades son más propensas a recibir este tratamiento que las mujeres que viven en zonas rurales -a pesar de que, potencialmente, la APBIb podría ofrecer una mayor comodidad a la población rural. Los autores concluyen que "la gran disparidad en el uso de APBIb sugiere que la variación de la práctica está injustificada, y no se explica por la enfermedad, las preferencias del paciente, o la medicina basada en la evidencia".

En un editorial acompañante, Simona F. Shaitelman, del Departamento de Radiación Oncológica del Centro Anderson de Cáncer de la Universidad de Texas, señala que es tranquilizador que los autores encontraran que el mayor incremento en la utilización del tratamiento tuvo lugar en pacientes clasificados como "adecuados".

Según Shaitelman "en el futuro, será útil analizar las tendencias más recientes en el uso de la APBI y documentar los cambios en la remuneración económica" y concluye añadiendo que "aunque los estudios de base poblacional nos permiten reflexionar sobre cambios en los patrones de la práctica, necesitamos resultados de grandes ensayos aleatorios para comparar los resultados de pacientes con WBI y con APBI".