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MADRID, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
Felicidad Carrera, directora de los centros de tratamientos estético-médicos que llevan su mismo nombre, subraya la importancia de limpiar el rostro, a ser posible dos veces al día, con el objetivo de eliminar la suciedad provocada por la contaminación, los microorganismos y restos de cosméticos así como las secreciones de la piel y células queratinizadas.
La contaminación se adhiere a la piel obstruyendo los poros y generando una película de suciedad, lo que resta luminosidad e hidratación a la misma. Además, algunos contaminantes químicos aceleran el proceso de envejecimiento de la piel y pueden, incluso, desembocar en procesos de dermatitis alérgica o irritante. Las impurezas, en algunos casos, obstruyen los poros, favoreciendo la aparición de puntos negros y granitos.
Por todas estas razones, Carrera aconseja utilizar un limpiador suave, que no tenga jabón y, a ser posible, que este elaborado a base de 'syndets' o tensioactivos no iónicos o anfóteros que respetan la estructura de la piel. También es importante utilizar cosméticos limpiadores con un pH ácido eudérmico, entre 5 y 5,5, y evitar los de pH neutro.
Una vez elegido el jabón adecuado, no es recomendable lavar la cara con mucha frecuencia o aclarar la piel con abundante agua, pues favorece la desecación de la piel, una circunstancia que va acompañada siempre de la sustracción de grasa e, incluso, si desciende demasiado su proporción pueden aparecer alteraciones como la sebostasis.
Los profesionales aconsejan utilizar también un tónico entre la limpieza y la aplicación de los productos de tratamiento, que tiene que ser sin alcohol ya que, de lo contrario, se reseca la piel.
En relación a la exfoliación, en pieles gruesas, grasas o resistentes, aconsejan realizar una suave con cierta frecuencia para retirar las células muertas que se depositan en la piel. En meses en los que hace frío, se produce vasoconstricción --los capilares se contraen disminuyendo la irrigación-- y, como consecuencia, hay menos oxígeno y nutrientes para las células.
HIDRATACIÓN EN INVIERNO
Por otro lado, Carrera subraya la importancia de aplicar una mayor cantidad de crema hidratante durante el invierno y, en el caso de que se tenga la piel muy seca, repetir la aplicación dos o tres veces al día.
Asimismo, durante esta estación del año, es recomendable utilizar maquillajes en crema que tienen en su composición lípidos que protegen la piel, a diferencia de los productos en polvo. Además de tratamientos para eliminar las células muertas a base de 'peelings' químicos combinados con técnicas que, al mismo tiempo, activen los procesos de regeneración, como la terapia fotodinámica de luz led.
En general, el frío provoca una gran deshidratación cutánea, debido a la vasoconstricción de los capilares que éste provoca y, por ello, se ralentiza la renovación celular, lo que hace que la capa formada por las células muertas aumente e impida que la secreción sebácea llegue con facilidad a la superficie a lubricar y nutrir la epidermis.
A su vez, la deshidratación trae consigo pérdida de elasticidad y, por tanto, la aparición de arrugas. En algunos casos, pueden aparecer descamaciones por el exceso de deshidratación e, incluso, rojeces en las mejillas provocadas por la alteración de las paredes de los capilares debido a los cambios bruscos de temperatura.