MADRID 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
Expertos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (centro mixto de la Universidad Autónoma de Madrid y del CSIC) han identificado una proteína clave en la progresión del ciclo celular y en los mecanismos de control, la quinasa GRK2, que podría favorecer la progresión tumoral, según aparece publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
En concreto, los resultados de este trabajo, dirigido por el doctor Federico Mayor Menéndez y la doctora Petronila Penela Márquez, muestran la disminución de los niveles celulares de GRK2 durante la fase de transición G2 del ciclo celular previa a la mitosis (división de la célula en la que, previa duplicación del material genético, cada célula hija recibe una dotación completa de cromosomas).
Según explicaron, esta disminución es iniciada con la fosforilación de la proteína GRK2 en un residuo específico por la quinasa reguladora de ciclo CDK2 y, posteriomente, el reclutamiento de la prolil-isomerasa Pin1 a la proteína GRK2 fosforilada facilita su degradación por el proteasoma.
Se trata de una secuencia de eventos necesaria para que las fases del ciclo se sucedan con una duración adecuada, ya que la inhibición de la fosforilación de GRK2 o de su asociación de Pin1 retrasa el comienzo de la mitosis, debido específicamente a la acumulación de GRK2.
Los autores del trabajo observaron, asimismo, que el tratamiento de las células con doxorubicina --un agente genotóxico utilizado en quimioterapia que daña al DNA y activa los mecanismos de control del ciclo en G2/M-- bloquea el mecanismo anteriormente descrito y provoca la estabilización de la proteína GRK2.
Esta mayor presencia de GRK2 tiene dos consecuencias importantes. Por un lado, inhibe la inducción de p53, que es un factor clave en las respuestas de estrés, ejecutando vías de apoptosis y de parada de ciclo y, por otro, promueve la parada de ciclo (por mecanismos aparentemente independientes de p53 que favorecen la supervivencia celular).
POSIBLE PAPEL EN LA PROLIFERACIÓN TUMORAL
Los expertos explicaron que, dado que diferentes vías de señalización oncogénicas promueven la acumulación de GRK2, es posible que esta quinasa contribuya a aumentar la inestabilidad genómica o la quimio-resistencia de las células tumorales a través de su papel regulador en el ciclo celular.
La proliferación celular es esencial durante el desarrollo y su estricta regulación es también necesaria para garantizar la homeostasis de órganos y tejidos. Sin embargo, cuando es excesiva e independiente de la presencia de estímulos proliferativos es uno de los primeros pasos en el complejo proceso de la transformación tumoral.
Según indicaron, cuando los mecanismos ordenados y jerarquizados del ciclo celular no se activan de forma correcta ante factores que "amenazan" la integridad del DNA, el ciclo celular no se detiene el tiempo suficiente para subsanar los posibles daños y/o eliminar las células dañadas. Esta situación favorece la inestabilidad genómica y la progresión tumoral.