MADRID, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
La profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), María José Alonso Osorio, advierte de que la ingesta equivocada o excesiva de suplementos puede provocar el efecto adverso que se pretende debido a que "pueden interactuar entre sí o pueden contener uno o más nutrientes de la misma clase, lo que lleva a un exceso que puede ser perjudicial".
Según los datos de una encuesta publicada por la Harvard Medical School, un 25 por ciento de los adultos mayores de 50 años toman un suplemento para mejorar su salud cerebral, en concreto, para mejorar la memoria y conseguir una mayor atención y concentración.
En España, según otra encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) del 2021, un 40 por ciento de los españoles de 18 a 74 años recurren a suplementos alimenticios, del cual el 20 por ciento los consumen para mejorar la memoria y una cuarta parte, sin consejo profesional.
Ante esta situación, la experta recuerda "consultar con un profesional", para la elección del complemento alimenticio más adecuado para cada situación, a las personas que sufren olvidos normales, relacionados con la edad o la falta de atención por estrés o exceso de trabajo intelectual.
La profesora colaboradora de la OUC también alerta de que, entre estos complementos, existen los que están bien diseñados, sobre la base del conocimiento científico de la actividad de los nutrientes y las dosis adecuadas, y otros productos que contienen nutrientes que, por sí mismos, podrían ser adecuados pero sus dosis no lo son. "En el mejor de los casos, estos últimos serán ineficaces", advierte.
En esta línea, Alonso afirma que los suplementos para la salud cerebral "pueden ser beneficiosos" cuando la alimentación es inadecuada, se sufre estrés o hay una disminución de la absorción de nutrientes en la dieta por causas fisiológicas o envejecimiento.
Debido a estas alteraciones, puede producirse, entre otros aspectos, una disminución de algunas funciones cerebrales, como pérdidas de memoria o de concentración.
No obstante, la experta señala que una persona saludable con una capacidad cognitiva normal y una alimentación correcta no mejorará su memoria consumiendo este tipo de productos. "Una alimentación equilibrada", matiza la experta, "ya aporta dichos nutrientes".
BUENA ALIMENTACIÓN PARA EL CEREBRO
Según la experta, una buena alimentación para el cerebro tiene que basarse en una dieta rica en pescado (preferiblemente azul, que es el que aporta más ácidos grasos omega-3), frutos y semillas secas, fruta, verdura, legumbres y cereales integrales, aceite de oliva y limitar las grasas saturadas y el alcohol. "En general, podemos decir que todos los alimentos que favorecen la dieta cardiovascular protegen también el cerebro", puntualiza.
En caso de necesitar el consumo de este tipo de complementos, la experta indica que todas las vitaminas del grupo B, los ácidos grasos omega-3, las vitaminas E y C, los carotenos, los polifenoles de ciertas plantas y minerales como Zn, Se y Mn, pueden jugar un papel beneficioso en la prevención de la neurodegeneración y podrían reducir el daño neuronal producido por los radicales libres en el cuerpo cuando no hay suficientes antioxidantes para eliminarlos.