Un estudio español muestra que hasta casi un 15% de los hombres adultos consumen alcohol de forma excesiva

Actualizado: martes, 25 septiembre 2007 19:30


MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un estudio de los investigadores José Lorenzo Valencia y Fernando Rodríguez, de la Universidad Autónoma de Madrid, e Iñaki Galán, del Instituto de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, muestra que la prevalencia de los episodios de consumo masivo de alcohol se sitúa en un 14,4 por ciento en el caso de los varones adultos. La investigación, que se publica en la revista 'Alcoholism: Clinical & Experimental Research', también indica que en el caso de las mujeres el porcentaje baja hasta el 6,5 por ciento y que este consumo excesivo se suele producir entre jóvenes con un alto nivel de estudios y durante los fines de semana.

El estudio refleja según sus autores una modificación de las formas tradicionales de consumo de alcohol en nuestro medio, con consumos masivos episódicos de bebidas alcohólicas, algo que los anglosajones denominan "binge drinking" y que hasta el momento parecía más ligado a estos países que a los mediterráneos.

Para su estudio, los investigadores examinaron datos recopilados entre los años 2000 y 2005 a través de entrevistas telefónicas a 12.037 personas (5.850 hombres y 6.187 mujeres) consideradas representativas de la población adulta (entre 18 y 64 años de edad) en la región de Madrid. El 'binge drinking' se definió como un consumo de ocho o más unidades estándar de alcohol (igual o mayor a 80 g) en hombres y seis o más (igual o mayor a 60 g) en mujeres durante una sesión durante los anteriores 30 días.

Según los resultados, la frecuencia o número de episodios de "binge drinking" es también considerable, alcanzando los 3,2 episodios al mes en los hombres y los 2,6 en el caso de las mujeres y destaca además, señalan los autores del trabajo, el importante volumen de alcohol consumido en cada episodio, mucho mayor del definido en el estudio.

Según explicó a Europa Press José Lorenzo Valencia, "el tipo de alcohol consumido procede principalmente de bebidas de alta graduación alcohólica o destilados, probablemente para alcanzar en poco tiempo los efectos psicoactivos del alcohol".

Valencia explica que la mayoría de los 'binge drinkers' tiene, sin embargo, un consumo total promedio moderado, "por lo que es necesario tener en cuenta esta forma de consumo para poder valorar correctamente los riesgos asociados a la ingesta de bebidas alcohólicas".

Este es el primer estudio que estima la prevalencia del 'binge drinking' en la población general en España. También describe por primera vez las características sociodemográficas de estos bebedores en un país mediterráneo. Por último, la investigación analiza tanto la cantidad como el tipo de alcohol consumido durante estos episodios de consumo masivo, dos aspectos que hasta ahora no habían sido descritos en la literatura científica internacional.

Según el investigador, "esta forma de consumir alcohol es muy perjudicial porque su elevada prevalencia y sus efectos agudos, entre los que se podrían citar accidentes de tráfico, comportamientos violentos y agresiones sexuales o problemas cardiovasculares agudos, puede afectar potencialmente a toda la población, tanto directa como indirectamente".

Según Joan R. Villalbì, aunque tradicionalmente los países del sur de Europa tenían un patrón de un consumo por cabeza más elevado, esto está cambiando. Por ejemplo, el consumo diario con las comidas está descendiendo en España y la cerveza es la bebida alcohólica más consumida. "Los atracones de alcohol, sobre todo entre la juventud en las noches de los fines de semana, se han convertido en un tema social y de salud, un proceso que se está produciendo también en otros países del sur de Europa", señala el investigador.

Valencia añade que en los países mediterráneos, esta forma de consumo parece estar incrementándose, como una consecuencia de la globalización, por lo que debe aumentar el conocimiento social de este problema, en el que tanto las familias como las autoridades sanitarias deben actuar para su control.

El estudio es fruto de una colaboración entre el Servicio de Epidemiología del Instituto de Salud Pública de la Comunidad de Madrid y el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Autónoma de Madrid y en él han participado junto a Valencia, Iñaki Galán y Fernando Rodríguez.