MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
Si las personas cuidasen más su alimentación no habría tantos casos de arterioesclerosis o, al menos, así lo ha comentado a Europa Press el cardiólogo y vicepresidente de la Sociedad Española de Salud y Medicina Integrativa, Sergio Mejía, tras haber realizado un exhaustivo análisis sobre la literatura científica publicada hasta la fecha.
La arterioesclerosis es una patología de lenta evolución que se caracteriza por el engrosamiento de la pared arterial por depósitos de colesterol, procesos inflamatorios y trombosis que terminan estrechando el vaso y reducen el flujo sanguíneo que llega al corazón, al cerebro o a las piernas.
Desde hace muchos años la comunidad médica y científica ha considerado que el tabaco, colesterol, diabetes e hipertensión son los principales factores de riesgo de aparición de esta enfermedad vascular, obviando así otros que han demostrado que también impactan de forma "muy importante" en su desarrollo.
Por ejemplo, el doctor Mejía ha comentado que varios estudios publicados han demostrado que el déficit de la vitamina C, precursora del colágeno y cuya escasez perjudica a la circulación de la sangre, y el de la vitamina K2, la cual participa en el metabolismo del calcio, pueden también aumentar el riesgo de aparición de la arterioesclerosis.
Lo hace también, prosigue, el déficit del selenio, el estrés, la enfermedad periodontal o, incluso, la exposición a metales pesados como el plomo o el cadmio. "Es necesario hacer un cambio en la definición de lo que es la arterioesclerosis, recordando que es una inflamación crónica de las arterias y que todo aquello que provoque inflamación del cuerpo puede provocar arterioesclerosis", ha aseverado el doctor, con motivo de la celebración del Día Mundial del Corazón.
En este sentido, el cardiólogo ha lamentado que la sociedad se haya "desconectado totalmente" de la naturaleza y recurra a alimentos fabricados y procesados por la industria alimentaria, ya que la mayoría de estos productos no aporta beneficios a las células y, por tanto, al organismo. "Es necesario hablar de nutrición. Detección precoz no es lo mismo que prevención y si queremos avanzar más en salud hay que enseñar desde pequeños en hábitos de vida saludable", ha zanjado Mejía.
