Descubren los mecanismos que aumentan la voracidad en los insectos

Mosca
FLICKR/IES-MGB
Actualizado: viernes, 1 abril 2011 12:14

MADRID, 1 Abr. (EUROPA PRESS) -

La respuesta de la mosca ante el hambre podría ayudar a controlar el apetito humano, según un estudio de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), que se publica en la revista 'Cell'. En concreto, los investigadores han descubierto mecanismos moleculares desencadenados por el hambre en las moscas de la fruta que aumentan la respuesta del sistema nervioso ante los olores, lo que permite a los insectos, y probablemente a los vertebrados incluyendo a los humanos, ser más eficaces y voraces en la búsqueda de alimentos.

El descubrimiento de los cambios neurales que controlan la búsqueda de alimentos guiada por el olor en moscas podría proporcionar una nueva vía para regular el apetito humano.

Los investigadores podrían disminuir la propensión de comer en exceso entre las personas obesas al desarrollar fármacos para fomentar o minimizar la actividad de los componentes químicos implicados en la señalización nerviosa, o neuropéptidos, que se liberan durante el hambre para aumentar el sentido del olfato. También podría aumentarse el apetito entre aquellos que lo necesitaran, como pacientes de cáncer o mayores. El método podría incluso emplearse en la cría de animales de granja para reducir los gastos en alimentación o mejorar su desarrollo.

Los autores identificaron un neuropéptido y un receptor neuronal que controla la conducta olfativa en la mosca que podría ser el objetivo de fármacos para producir cambios en el apetito, que suele estar controlado por los niveles de insulina en el organismo, y que cambia de forma radical cuando los organismos están saciados o tienen hambre.

Los investigadores examinaron los mecanismos moleculares que permiten a la mosca de la fruta mejorar su búsqueda de comida cuando sus niveles de insulina están bajos tras un periodo sin comer para comprender mejor este proceso. Para ello utilizaron un sistema computerizado para controlar a lo largo del tiempo la posición de las moscas bien alimentadas o hambrientas a medida que volaban en círculo alrededor de una gota de vinagre de sidra de manzana, que funciona como un recurso alimentario detectable.

Durante los 10 minutos del periodo de observación, las moscas hambrientas pasaban más tiempo caminando cerca de la comida, mientras que las moscas alimentadas merodeaban por todo el área existente y preferían estar en el perímetro.

Los investigadores descubrieron que la extirpación quirúrgica de las antenas utilizadas por las moscas para detectar el olor destruía la propensión de las moscas hambrientas de centrarse en la comida de igual forma que suprimir genéticamente la producción de los receptores F de neuropéptidos cortos, que los investigadores descubrieron aumentan en respuesta al hambre o a un descenso en los niveles de insulina. Los autores descubrieron cambios que dependían del hambre en la respuesta olfativa de neuronas específicas.

Según señala Jing Wang, director del estudio, gracias al trabajo se han identificado el receptor de la insulina PI3K y el receptor F de neuropéptido corto, que están también modulado por los niveles de insulina, como objetivos moleculares potenciales para controlar el apetito en humanos y otros vertebrados. Sin embargo, Wang añade que se necesita realizar más investigaciones para saber en qué extensión los niveles de insulina controlan la sensibilidad olfativa en los humanos.