MADRID 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto de Investigación Vall d'Hebron (VHIR) han descubierto el mecanismo que explica por qué la presencia de la proteína ZAP-70 condiciona el pronóstico de la leucemia linfática crónica y ha determinado su papel como clave para una posible diana terapéutica contra esta enfermedad cuando progresa.
Según informa el centro investigador, el estudio que ha sido publicado en la última edición de revista 'Blood', supone un escalón más hacia el conocimiento de la enfermedad, al tiempo que abre la puerta a posibles nuevos tratamientos.
Este hallazgo, liderado por el grupo de investigación en Hematología Experimental del VHIR, "determina tanto la posibilidad de que esta proteína pueda ser una clara diana para el diseño de fármacos como la utilidad del uso de anticuerpos monoclonales contra estas moléculas de adhesión, presentes en la membrana de los linfocitos y que contribuirían a frenar la progresión de la enfermedad", explica el responsable del grupo investigador, el doctor Francesc Bosch.
"Nuestro estudio establece claramente la importancia de la proteína ZAP-70 como marcador que diferencia los enfermos de mal pronóstico de los que tienen una evolución más favorable y establece que la causa de esta diferencia radica en la presencia de moléculas de adhesión a la membrana de las células, responsables de la más rápida diseminación de este tipo de leucemia", añade.
El estudio se ha diseñado creando dos líneas celulares de patrón similar al de la enfermedad. En una línea, las células expresan la proteína ZAP-70 y en la otra, no. Las células de la línea que tiene presente la proteína tiene un mayor número de moléculas de adhesión en la superficie de las membranas de sus células, mientras que si no existe esta proteína ZAP-70, los niveles de moléculas de adhesión es mucho menor.
"En aquellas células que hay esta proteína y, por tanto, las moléculas, la migración de las células es mucho mayor y más precoz, es decir, peor pronóstico y evolución y estos enfermos necesitarán iniciar la quimioterapia mucho antes que el resto", explica este experto.
"CÓMO ACTÚA, DÓNDE Y POR QUÉ"
Este estudio confirma pues la utilidad de ZAP-70 que otros trabajos del mismo grupo ya habían descrito. La novedad, según el doctor Bosch es que "este estudio define el mecanismo de acción de la proteína: cómo actúa, dónde y por qué", de modo que "su papel como posible diana terapéutica, en esta enfermedad, ahora sí queda bien descrito".
Actualmente se está trabajando en la búsqueda de inhibidores de esta proteína ZAP-70, aunque el descubrimiento y, sobre todo, la posibilidad de usar estas terapias aún está lejos de la práctica clínica.
Por eso mismo, describir el mecanismo que hace que la proteína ZAP-70 determine un peor pronóstico para los enfermos afectados es tanto o más importante para este grupo de investigadores, pues, a más corto plazo, la utilización de anticuerpos - que ya existen en investigaciones preclínicas- que neutralicen las moléculas de adhesión responsables de la capacidad de migración del linfocitos enfermos a través del organismo se erige como un complemento a los tratamientos actuales para frenar la enfermedad, a la espera de mejores soluciones terapéuticas o incluso definitivas.