NUEVA YORK, 15 Oct. (Reuters/EP) -
Investigadores del Rigshospitalet de Copenhague, en Dinamarca, han constatado que los bebés varones de las embarazadas que consumen alimentos ecológicos no tienen menos riesgo de desarrollar una hipospadias, una malformación congénita del pene cuya aparición se había relacionado con la obesidad.
Este trastorno de origen genético afecta a uno de cada 100 varones, y consiste en la abertura de la uretra por la cara inferior del pene. Aunque la causa es desconocida, se pensaba que la alimentación podía jugar un papel importante en su aparición, lo que hizo pensar que los alimentos orgánicos podrían prevenirla al tener menos residuos de pesticidas que los productos tradicionales.
De hecho, se ha comprobado como determinados pesticidas contienen sustancias químicas que alteran la función endocrina, lo que quiere decir que pueden alterar las hormonas reproductivas.
Sin embargo, en el estudio que publica la revista 'Journal of Urology' los autores hallaron que, en general, la comida ecológica no estaba asociada con el riesgo de hipospadias. La única excepción fue un alto consumo de manteca y queso no ecológicos, pero los autores creen que eso no significa necesariamente que exista una relación causa-efecto.
"Interpretaría estos resultados con mucho cuidado", dijo Suzan Carmichael, profesora asociada de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Stanford University, en California (Estados Unidos), que no participó en el estudio.
El estudio se basó en las respuestas de 306 mujeres con bebés con hipospadias y de otras tantas madres cuyos hijos no presentaban dicha malformación que fueron preguntadas acerca de sus hábitos alimenticios durante el embarazo.
Además de por el consumo de alimentos ecológicos, también se les preguntó sobre otros hábitos alimentarios como cuántas veces por semana comían huevos, queso, frutas, verduras y carnes.
En general, las madres que habían optado por productos ecológicos durante la gestación no eran menos propensas a tener un varón con hipospadias que las madres que sólo habían ingerido alimentos convencionales.
La única excepción, como se dijo, surgió entre las mujeres que ingerían manteca y queso por lo menos una vez por día y que "rara vez o nunca" habían comido alimentos orgánicos durante el embarazo, ya que tenían el doble de riesgo de tener un bebé con hipospadias que las mujeres que comían poca manteca y queso y habían consumido productos ecológicos por lo menos varias veces durante el embarazo.
Esta circunstancia, para los autores, indicaría que los pesticidas de los productos lácteos podrían tener un papel en el riesgo de hipospadias, aunque no sería la única explicación.
"Las opciones ecológicas están asociadas posiblemente con un estilo de vida y conductas saludables, lo que sí explicaría los resultados", dijo Tina Kold Jensen, coautora del estudio.