MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un mecanismo que supervise el contenido audiovisual para evitar los casos de epilepsia fotosensible, tal y como tiene Reino Unido, es la principal demanda del coordinador del área de epilepsia de los hospitales de la Zarzuela y Nuestra Señora del Rosario de Madrid, el neurólogo Jaime Parra.
En este sentido, este experto, en declaraciones a Europa Press, ha lamentado que "aquí nunca se hayan tomado esas determinaciones" para evitar, en la medida de lo posible, estos casos de epilepsia producidos por un estímulo visual.
"En Reino Unido tuvieron un par de incidentes que provocaron una crisis que movilizó a la población", ha explicado Parra, quien ha precisado que este hecho fue el detonante a la hora de crear una agencia que regulase "que todas las televisiones cumplan con las normativas". Dichas pautas pasan porque no haya ciertos destellos luminosos, patrones, líneas o colores en las imágenes proyectadas.
En esta línea, el neurólogo ha recordado que Japón, tras sufrir casos de niños que padecieron epilepsia fotosensible tras la visualización de una serie infantil, adoptó una medida similar, que supuso un descenso "muy llamativo" de casos de epilepsia fotosensible.
Por otra parte, Parra ha elaborado, junto con otros expertos europeos, un consenso en este ámbito, puesto que, en la actualidad, cada país sigue un protocolo distinto, "por lo que se escapan muchos aspectos". En este sentido, ha recordado que han pedido, en reiteradas ocasiones, una regulación europea que evite la difusión de imágenes dañinas con el fin de evitar posibles casos de epilepsia.
BASE GENÉTICA
El neurólogo ha asegurado que la epilepsia fotosensible viene determinada genéticamente. "No es solo un gen. Sino un conjunto grande de ellos que se manifiesta conforme se va creciendo", ha precisado.
Así, los niños u adolescentes con esta predisposición pueden experimentar un caso de epilepsia fotosensible después de la visualización de un contenido audiovisual con fuertes contrastes proyectado en la televisión o un videojuego.
Sus principales señales, prosigue este experto, pasan por "sacudidas benignas, cefaleas bruscas o convulsiones". En caso de experimentar estas sensaciones, el familiar tiene que trasladar al niño a un sitio "seguro", no ponerle nada en la lengua y situarle lateralmente, ha indicado Parra. En general, este experto ha explicado que un tercio de estos casos tienden a desaparecer antes de cumplir los 30 años.