MADRID 5 Ene. (EUROPA PRESS) -
Dejar de fumar cigarrillos podría aumentar el riesgo de padecer diabetes a corto plazo hasta un 70 por ciento, según sugiere un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos que se publica en la revista 'Annals of Internal Medicine'.
Los investigadores sospechan que el elevado riesgo de diabetes está asociado con los kilos extra que las personas suelen ganar al renunciar a los cigarrillos y advierten que nadie debería utilizar los resultados del estudio como una excusa para seguir fumando, que es también un factor de riesgo para la enfermedad pulmonar, cardiaca, los ictus y muchos tipos de cáncer.
En su estudio los investigadores descubrieron que las personas que dejaban de fumar tenían un 70 por ciento más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en los primeros seis años sin cigarrillos en comparación con quienes nunca habían fumado.
Los riesgos eran mayores en los primeros tres años después de dejar el tabaquismo y volvían a sus niveles normales tras 10 años. Entre aquellos que seguían fumando durante ese periodo, el riesgo era menor pero la posibilidad de desarrollar diabetes era un 30 por ciento superior en comparación con quienes no fumaron nunca.
En el estudio participaron 10.892 adultos de mediana edad que no tenían diabetes entre 1987 y 1989. Los pacientes fueron seguidos durante hasta 17 años y se tomaron a intervalos regulares sus datos sobre diabetes, niveles de glucosa, peso y otras variables.
Según los resultados del estudio, aquellos que fumaban más y los que ganaron más peso tenían las mayores probabilidades de desarrollar diabetes después de dejar el tabaco. De media, en los tres primeros años del estudio, los exfumadores ganaron 3,8 kilogramos y su circunferencia de cintura creció aproximadamente 31,75 milímetros.
Los investigadores esperan que los especialistas tengan estos resultados en mente cuando pasen consulta a pacientes que están dejando de fumar, en especial los que más fuman. Los autores recomiendan tener en cuenta medidas que contrarresten como asesoramiento sobre el estilo de vida, control del peso y uso de terapia de reemplazo de la nicotina, que parece aliviar el aumento de peso asociado a dejar de fumar. Además, otra medida clave sería el control más frecuente de la glucosa en sangre para asegurar la detección más precoz de la diabetes.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad común que interfiere con la capacidad del organismo de utilizar de forma adecuada el azúcar y regular bien la insulina, una sustancia producida por el páncreas que suele bajar el azúcar en sangre durante y después de comer.
En la diabetes tipo 2, también conocida como diabetes de inicio adulto, el páncreas produce mucha insulina para ayudar al organismo cuando se come pero el cuerpo no puede utilizarla bien. El resultado es un exceso en los niveles de azúcar en sangre, que con el tiempo, puede conducir a la ceguera, el fallo cardiaco, daños nerviosos y enfermedad cardiaca.
Las personas con sobrepeso y aquellas con antecedentes familiares de la enfermedad tienen un mayor riesgo de desarrollarla, así como los fumadores, aunque se desconoce el por qué.