MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Universidad de Finlandia Oriental que analiza la relación entre la reducción de la movilidad de las personas y la propagación del coronavirus en 2020 ha mostrado que, en algunos países, el virus se propagó más rápidamente cuando la gente se quedó en casa.
Además, la restricción de la movilidad de las personas hasta cierto punto parecía ser, retrospectivamente, mejor para minimizar la propagación del SARS-CoV-2 que las restricciones de movilidad extremas, en muchos países.
Los cierres impuestos por el gobierno y las restricciones de movimiento fueron probablemente el sello distintivo de la respuesta a esta pandemia. Estas intervenciones resultaron invasivas en algunas circunstancias y entornos.
Por ello, estos investigadores finlandeses han analizado cómo el movimiento de personas se alineaba con los cambios diarios del número de replicación efectiva del SARS-CoV-2. El número de replicación efectiva refleja la tasa de propagación de la enfermedad, ya que capta los cambios dinámicos en la transmisión viral de persona a persona.
Los indicadores de movilidad se basan en los datos de posición anonimizados de los usuarios de los servicios de Google que tienen activado el historial de localización en sus teléfonos móviles. Las posiciones se clasifican en diferentes categorías de movilidad, incluyendo, por ejemplo, la movilidad residencial, que indica que las personas se quedan en casa.
Los investigadores se centraron en la fase previa a la vacunación y a las variantes de preocupación de la pandemia, del 15 de febrero al 31 de diciembre de 2020, analizando los cambios diarios de la movilidad y la propagación del SARS-CoV-2 en 125 países y 52 regiones o estados de Estados Unidos.
El análisis identificó tres grupos de países en función de los patrones de correlación entre los indicadores de movilidad y el número de reproducción efectiva del SRAS-CoV-2. El grupo 1 estaba formado por países con correlaciones "normales", es decir, correlaciones negativas entre la movilidad residencial y la propagación del SARS-CoV-2, por ejemplo, Estados Unidos, Turquía y la mayoría de los países de la OCDE.
El grupo 2 incluía países con correlaciones "invertidas", es decir, correlaciones positivas entre la movilidad residencial y la propagación del SRAS-CoV-2. El grupo 3 estaba formado por países con patrones de correlación más complejos, o correlaciones "no concluyentes".
En los países del grupo 1, como Austria, cuanto más tiempo pasaba la gente en casa, menos se propagaba la enfermedad, mientras que en los países del grupo 2, como Bolivia, se observaba exactamente lo contrario: cuanto más tiempo pasaba la gente en casa, más se propagaba la enfermedad.
Además, en muchos países, los patrones de correlación entre la movilidad y la propagación de la enfermedad mostraban un mínimo de propagación de la enfermedad en un nivel intermedio de restricción de la movilidad (correlaciones en forma de "U"), lo que indica un nivel óptimo por encima del cual la restricción de la movilidad de las personas podría conducir a una mayor propagación de la enfermedad. En otras palabras, los cierres totales podrían haber sido contraproducentes a ciertos niveles y en algunos países.
Los autores concluyeron que un análisis sistemático de las correlaciones entre la movilidad y la propagación de la enfermedad a nivel regional podría ayudar a comprender el nivel óptimo de restricción de la movilidad que minimiza la propagación del SARS-CoV-2 en esa región específica.