MADRID 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las personas que regularmente consumen cocaína en momentos de ocio tienen las arterias más rígidas, mayor presión arterial y más gruesa la pared muscular del corazón que los que no la toman, según un estudio presentado en las sesiones científicas de 2012 de la Asociación Americana del Corazón, que se celebra estos días en Los Ángeles (Estados Unidos).
Investigadores australianos utilizaron imágenes de resonancia magnética (MRI) para medir los efectos de la cocaína en 20 adultos sanos que utilizan esta sustancia ilegal. En comparación con los 20 no usuarios, los consumidores de cocaína tenían tasas más altas de múltiples factores asociados con un mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
Entre un 30 y un 35 por ciento de los consumidores sociales de cocaína tenían una mayor rigidez aórtica, 8 mmHg (milímetros de mercurio) más alta la presión arterial sistólica y un espesor de la pared del ventrículo izquierdo del corazón un 18 por ciento mayor, según los resultados de esta investigación, publicada en 'Journal of the American Heart Association'.
"Es muy triste. Estamos viendo repetidamente individuos jóvenes que sufren ataques al corazón relacionados con el consumo de cocaína. A pesar de ser profesionales con formación, no tienen ningún conocimiento de las consecuencias sanitarias del uso regular de la cocaína", dijo Gemma Figtree, una de las investigadoras y profesora asociada en la Universidad de Sydney (Australia), quien señala: "Es la droga perfecta para el ataque al corazón".
Tras una oleada de infartos relacionados con la cocaína en el Royal Sydney Hospital North Shore, los investigadores reclutaron a usuarios de cocaína (17 hombres y 3 mujeres, con una edad media de 37 años) que dijeron consumir cocaína al menos una vez al mes durante el último año, quienes rellenaron cuestionarios sobre su consumo de drogas, los factores de riesgo cardiovascular y su nivel socioeconómico.
Después de 48 horas desde su consumo de cocaína, se les tomó la presión arterial y se les sometió a resonancias magnéticas para evaluar la masa cardíaca del corazón y los niveles de funcionamiento del corazón y la aorta. Los investigadores realizaron comparaciones directas con edades similares de los no usuarios, teniendo en cuenta la historia del consumo de drogas, diabetes, tabaquismo y otros.
En el estudio, financiado por la Fundación de Investigación sobre el Corazón, los investigadores observaron una mayor presión sanguínea sistólica y el aumento de la rigidez arterial, en asociación con un engrosamiento de la pared del corazón. "Se sabe que unos vasos sanguíneos más duros están asociados con una presión arterial sistólica elevada. Como resultado, el corazón tiene que trabajar más duro, y sus paredes se hipertrofian o se vuelven más gruesas", dijo Figtree.
Los investigadores no encontraron evidencia de los primeros ataques cardíacos silenciosos entre los consumidores de cocaína, a diferencia de los estudios anteriores. Investigaciones anteriores han demostrado los efectos inmediatos de la cocaína en el corazón y sobre todo entre los adictos a la cocaína, no en los usuarios sociales.