MADRID 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de la Universidad de Bristol (Reino Unido) ha identificado que un objetivo crítico en la regulación cerebral del peso corporal también es crucial en el desarrollo de las condiciones asociadas a la obesidad, según publica la revista 'Cell'. Los investigadores describen el mecanismo detrás de una molécula clave, conocida como receptor de la melanocortina-4 (MC4R), cuya mutación o pérdida en modelos humanos y animales se ha demostrado que causa obesidad severa con diabetes tipo 2.
Mientras que estudios anteriores han demostrado que los activadores de la molécula, que aumentan la actividad MC4R, tienen el efecto deseable de reducir la ingesta de alimentos y la secreción de insulina desde el páncreas (importante para suprimir el desarrollo de la diabetes tipo 2), no está claro cómo, al mismo tiempo, provocan el efecto indeseable de aumentar la presión arterial.
El equipo ha identificado ahora un mecanismo para la actividad de MC4R que regula la actividad del sistema nervioso autónomo con el fin de mantener la presión sanguínea y apropiados niveles de insulina. El sistema nervioso autónomo, que regula los órganos internos y los procesos que no están bajo nuestro control, se divide en el sistema nervioso parasimpático y simpático, que comúnmente ejercen influencias opuestas sobre las estructuras que suministran los nervios.
Los científicos demostraron que la activación de la MC4R inhibe las neuronas parasimpáticas en el área del vástago del cerebro del sistema nervioso central (CNS), mientras que activa las neuronas simpáticas en la médula espinal. El equipo también demuestra, en modelos de ratones modificados genéticamente con la pérdida de la función humana MC4R, que los MC4R en estas áreas del sistema nervioso central son los culpables d el desarrollo de la obesidad inducido por los aumentos en la presión arterial.
También informan que MC4R en estas áreas del sistema nervioso central son fundamentales en el mantenimiento de niveles adecuados de insulina para evitar la diabetes tipo 2. Así, equilibrando cuidadosamente fuerzas positivas y negativas sobre el sistema nervioso autónomo, el MC4R mantiene el equilibrio de la presión sanguínea y los niveles de insulina apropiada, algo independiente de la función de MC4R en la regulación de la ingesta de alimentos en otros lugares en el sistema nervioso central.
"Nuestros datos muestran la complejidad del sistema nervioso central que rige las vías de equilibrio metabólico del cuerpo y destaca los desafíos que se avecinan para el desarrollo de terapias seguras", afirma una de las autoras del estudio, la doctora Nina Balthasar, de la Escuela Universitaria de Fisiología y Farmacología.