MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes que en España padecen la enfermedad de Parkinson cuentan con una nueva alternativa farmacológica para el tratamiento de esta cada vez más común enfermedad neurodegenerativa. La Agencia Española del Medicamento ha autorizado el primer parche cutáneo dirigido al tratamiento de esta dolencia, con la ventaja frente a otros medios de administración de que ofrece un nivel constante durante 24 horas del fármaco que imita a la dopamina, sustancia deficitaria en estos enfermos y que determina la progresión del Parkinson.
La enfermedad de Parkinson es la segunda patología en frecuencia que afecta al sistema nervioso, tras el Alzheimer. En total, un 2 por ciento de la población mayor de 65 años se ve afectada por este cuadro (alrededor de 100.000 pacientes), que en los casos más avanzados implica otros síntomas como la depresión, dolor, alteraciones psiquiátricas y en los más extremos demencia. No existen terapias que curen la enfermedad y sólo se dispone por ahora de tratamientos que tratan la sintomatología.
El fármaco en cuestión se denomina Neupro. Según su fabricante, Schwarz Pharma, su sistema de administración a través de la piel supone un avance importante en el control de la enfermedad ya que asegura niveles constantes y predecibles del fármaco en la sangre, algo que hasta el momento no se lograba con la medicación oral. Este efecto clínico constante evitará la aparición de bloqueos y complicaciones motoras durante la progresión del Parkinson, enfermedad que afecta en España a más de 100.000 personas.
UN 40 POR CIENTO DE AFECTADOS PODRÁN UTILIZARLO YA
Disponible a partir de ahora en las farmacias, de momento, sólo podrán beneficiarse de Neupro los pacientes en fases iniciales de la enfermedad, que suponen aproximadamente el 40% de los casos, ya que es el colectivo al que afecta la indicación autorizada por las autoridades de Farmacia. Su administración en fases avanzadas de la enfermedad está actualmente en estudio. De esta forma, España se une a otros países como Alemania, Reino Unido, Austria, Suiza y Dinamarca que ya han comercializado esta sustancia en 2006 para el tratamiento en monoterapia de las fases iniciales de la enfermedad.
El nuevo fármaco, formulado específicamente para su absorción a través de la piel, se llama rotigotina, una molécula perteneciente a la familia de los agonistas dopaminérgicos. Esta nueva molécula imita el comportamiento de la dopamina, que es la sustancia producida de forma natural en el cerebro y que disminuye progresivamente en los enfermos de Parkinson.
Rotigotina llega al cerebro transportada por el torrente sanguíneo y ejerce su acción de forma constante a lo largo de las 24 horas del día. Este efecto clínico estable y mantenido se conoce como estimulación dopaminérgica continua e imita más fidedignamente la situación que vive el cerebro en ausencia de la enfermedad. En efecto, el sistema dopaminérgico tiene una actividad constante y sostenida que sólo se ve alterada por la influencia de determinadas situaciones de excitación, placer o agresividad.
Hasta el momento, el paciente de Parkinson debía tomar una media de tres comprimidos diarios para controlar su enfermedad, pero los niveles de estos fármacos administrados por vía oral sufrían oscilaciones desde el principio al fin de dosis. Estos "picos y valles" de la medicación oral conseguían un efecto clínico conocido como estimulación pulsátil y se traducían en bloqueos y complicaciones motoras durante la progresión de la enfermedad. También obligaban al paciente a alternar periodos de buen y mal control de los síntomas, conocidos comúnmente como tiempos "on" y "off" de respuesta al tratamiento. Neupro reduce la incidencia de estos periodos "off" y aumenta los periodos "on" sin discinesias, que son movimientos anormales e involuntarios, según su fabricante.
Neupro se aplica una vez al día. El paciente sólo tiene que despegar el protector transparente del parche y colocarlo sobre su brazo. También lo puede colocar en otras zonas del cuerpo como el abdomen, el muslo, la cadera o el costado. Para mejorar la fijación del parche, el enfermo debe presionarlo ligeramente durante unos treinta segundos. Transcurridas 24 horas desde su aplicación, tendrá que sustituirlo por otro nuevo en un lugar diferente.
Los efectos secundarios que pueden aparecer en la zona donde se aplica el parche, como quemazón o irritación en la piel, mejoran con una rotación en las zonas del cuerpo recomendadas y una alternancia entre el lado derecho del cuerpo y el izquierdo. Sólo en casos excepcionales, estos efectos locales obligan a la retirada del tratamiento. Los correspondientes a la molécula rotigotina, comunes al resto de agonistas dopaminérgicos, como náuseas o mareos, son aceptables y aparecen en general con escasa frecuencia e intensidad. Aparecen también con escasa frecuencia otros efectos adversos más específicos, tales como ataques de sueño o alucinaciones.